Huixquilucan, Estado de México.- El caso Paulette fue uno de los que más resonó en la República Mexicana hace 14 años, ¿la razón? La manera tan extraña en la que se desarrollaron los acontecimientos, puesto en un inicio se creyó que todo se trataba de un secuestro, pero las cosas dieron un giro perturbador, cuando el cuerpo de la infante fue localizado en su propia habitación, sitio en el que ya se le había buscado.
Todo ocurrió en el municipio de Huixquilucan, en el Estado de México, sitio en el que se reportó la desaparición de la pequeña. Esto desató que diversos medios siguieran muy de cerca la noticia, al grado en el que los padres de la infante aparecían frecuentemente frente a las cámaras de varios canales. No fue sino hasta el día 31 de marzo, cuando encontraron el cuerpo de Paulette entre el colchón de su cama y la propia base.
Tras ello comenzaron a surgir diversas teorías que apuntaban a una distracción política o a los propios padres de la menor como los culpables del infanticidio. Es bajo este contexto que la grafóloga de Hoy, Maryfer Centeno compartió su propio análisis sobre el caso. Para ver los gestos de la madre Lizette Farah, madre de Paulette, la experta en lenguaje corporal tomó algunas entrevistas realizadas en su momento por la ahora política Lilly Téllez (quien en ese momento era periodista).
Según el análisis de Maryfer, la madre no actúa como si estuviera triste e incluso responde como si estuviese contado un anécdota bastante casual. Por otro lado, Centeno indica que cada vez que la fémina dice algo, ésta niega con la cabeza, lo que iría en contra de lo que está relatando en el momento. En otra entrevista, la grafóloga cuenta que nota que la señora aprieta los labios cuando menciona que, en un inicio, pensó que su hija se había marchado con la nana, dicho signo sería de autocensura.
Entre otras cosas, Maryfer cuenta que Lizette hacía frecuentes muecas que delataban asco, indiferencia, vergüenza, así como también nerviosismo. Asimismo, la experta narró que el llanto de la mujer no parecía creíble, porque no derramaba lágrimas Por otro lado, la también experta forense analizó al padre, quien mostraba actitudes sospechosas, como negar todo el tiempo con la cabeza o hablar demasiado rápido en las entrevistas, lo que denotaba ansiedad.
Fuentes: Tribuna