Ciudad de México.- El exministro Arturo Zaldívar ha desmentido rotundamente haber recibido órdenes directas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su mandato como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En una declaración contundente, Zaldívar afirmó que nunca interfirió en decisiones judiciales y que su labor se limitó a procesar las quejas presentadas, manteniendo siempre la independencia y autonomía del Poder Judicial.
Estas declaraciones surgen en medio de la polémica desatada tras los comentarios del presidente López Obrador en su conferencia matutina, donde reveló haber mantenido conversaciones con Zaldívar sobre ciertos casos de interés. Según el mandatario, estas conversaciones tenían como objetivo evitar que jueces liberaran a personas por influencias indebidas o argucias legales.
La revelación del presidente generó reacciones encontradas, especialmente en la comunidad legal. La Barra de Abogados expresó su preocupación por posibles injerencias del poder ejecutivo en el poder judicial, destacando la importancia de mantener la independencia de este último para garantizar la imparcialidad y la justicia.
En respuesta a estas críticas, Zaldívar reiteró su compromiso con la autonomía judicial y aseguró que durante su gestión no hubo ninguna injerencia indebida por parte del poder ejecutivo. "Nunca hablé con ningún juez para influir en un caso específico. Nuestra labor consistió en procesar las quejas presentadas conforme a la ley, siempre defendiendo la integridad del Poder Judicial", afirmó el exministro.
La controversia ha puesto de relieve la delicada relación entre los poderes ejecutivo y judicial en México, así como la importancia de preservar la independencia y la imparcialidad del sistema judicial. En un contexto donde la confianza en las instituciones se encuentra en entredicho, es fundamental garantizar que las decisiones judiciales se tomen de manera transparente y libre de influencias externas.
Por su parte, el presidente López Obrador ha defendido su postura, argumentando que sus conversaciones con Zaldívar estaban motivadas por el interés legítimo de proteger a la ciudadanía y combatir la impunidad. Sin embargo, estas afirmaciones han sido cuestionadas por quienes temen un debilitamiento de la independencia judicial y un aumento en la politización de los procesos legales.
En última instancia, la controversia en torno a las supuestas injerencias del poder ejecutivo en el poder judicial refleja la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas y garantizar la separación efectiva de poderes en el sistema político mexicano. La transparencia, la rendición de cuentas y el respeto a la independencia judicial son pilares fundamentales para la vigencia del estado de derecho y la protección de los derechos ciudadanos.
Fuente: Tribuna