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¿Por qué México fabricó el último VW Beetle original en 2003?

El Volkswagen Beetle, entonces oficialmente conocido como Volkswagen Type 1, fue uno de los coches más populares de los años 40

¿Por qué México fabricó el último VW Beetle original en 2003?.
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Ciudad de México.- La compañía alemana los vendió como churros, sobre todo el modelo original nacido en 1938. El conocido como “Vocho” en México, sin embargo, alargó su fabricación hasta límites insospechados, finalizando su producción en el año 2003, 65 años después. Pero, ¿por qué nuestro país fue el escenario del último adiós a este icónico vehículo?

El legado del Volkswagen Beetle

El Beetle, conocido popularmente en diferentes partes del mundo como Escarabajo o Vocho, tiene sus raíces en la Alemania de los años 30. Fue Ferdinand Porsche quien fue el encargado de diseñar un automóvil que fuera accesible para las masas. A lo largo de las décadas, el Beetle se convirtió en mucho más que un simple vehículo; emergió como uno de los iconos automovilísticos más significativos a nivel global.

Su diseño atemporal y su confiabilidad lo hacían comparable a los juegos de casino clásicos, donde el carisma y la familiaridad crean una experiencia perdurable y confiable. Tal como en esos juegos, el Vocho se destacó por ser un compañero constante y confiable, conocido y apreciado por generaciones.

Debido a su gran éxito y bajo coste, la producción del Beetle se trasladó a diferentes países durante su vida útil, pero en México encontró un hogar duradero. La producción en nuestro país se alargó sin interrupciones hasta el año 2003, mientras que en otros lugares acabó hacia finales de los años 70. Durante este tiempo, el Vocho se convirtió en un vehículo muy popular, debido a su accesibilidad, fácil mantenimiento y adaptabilidad.

Pero… ¿por qué México despidió tan tarde al primer Beetle?

La decisión de terminar con la producción del Beetle no fue sencilla. Hubo diversos factores que tuvieron mucho peso en la respuesta de Volkswagen en México, entre ellas, las regulaciones ambientales más estrictas y la propia evolución del mercado hacia modelos más modernos y eficientes.

El sector automotriz había avanzado mucho en los más de sesenta años de vida del Beetle. Los consumidores querían coches más espaciosos, seguros y eficientes. El Vocho había tenido muchas actualizaciones en su larga vida, pero su icónico diseño ya parecía demasiado anclado en el pasado. Las regulaciones ambientales también se convirtieron en un gran problema: el motor del Beetle era fiable, pero ya no era capaz de cumplir con las nuevas normativas.

México fue el último bastión del Escarabajo. Sin embargo, la demanda también empezó a bajar en nuestro país, ya que los consumidores preferían modelos más nuevos. En su último año de producción, solo se vendieron 30.000 unidades, cuando en 1971 se llegó a un pico de 1,3 millones. Tampoco ayudó la introducción del New Beetle en 1998. El vehículo estaba inspirado en el diseño original, pero era totalmente distinto en términos de ingeniería y comodidades. Este fue el principio del fin del Vocho.

El 30 de julio de 2003, el último de los 3.000 “Final Edition” del Beetle salió de la planta de Puebla, marcando el fin de una era. El evento fue significativo para toda la industria, con una ceremonia que contó con la presencia de empleados de la planta, dignatarios, aficionados y directores de la propia Volkswagen. El último Vocho acabó en el museo de Volkswagen en Wolfsburg, Alemania, como un testimonio de su legado global.

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