Ciudad de México.- El 10 de mayo está por llegar y decenas de personas preparan ya los regalos para las madres, es por ello que se han realizado diferentes programas sociales para que personas en situación de vulnerabilidad participen incluso, las que se encuentran en prisión con el programa Hazme valer, los reos de la Ciudad de México tienen preparado el regalo perfecto para las jefecitas.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad México, a través de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario y de la marca comercial “Hazme Valer” Productos Penitenciarios, pone a la venta sombrillas, agendas y bolsas ecológicas, para festejar a las mamás, productos que son elaborados por personas privadas de la libertad del Reclusorio Preventivo Varonil Sur, Oriente y Norte.
El kit "La Jefecita", está integrado por tres piezas impresas en el taller de sublimado del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, mientras que el diseño se realizó en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur, en el taller de impresión DTF y la costura se hizo en el Reclusorio Oriente, actividades en las que participaron más de 25 personas privadas de la libertad, quienes buscan consentir a todas las mamás con un detalle especial en su día.
La confección de los productos se consigue gracias a la colaboración de instituciones públicas y organizaciones civiles. El kit "La Jefecita" se puede adquirir por un costo de: sombrilla, agenda y bolsa ecológica (kit completo) en 250 pesos; mientras que la sombrilla sola cuesta 130 pesos, la agenda 120 pesos y la bolsa ecológica en 45 pesos. Los productos están puestos a la venta bajo la marca institucional “Hazme Valer”.
Esta actividad forma parte del trabajo y capacitación para el mismo, como lo marcan dos de los cinco ejes para la reinserción que se incluyen en el artículo 18 Constitucional para personas privadas de la libertad. Es así que el kit de las jefecitas es una buena alternativa para regalar este 10 de mayo a las madres, que sin duda agradecerán el presente que proviene desde diferentes esferas de la sociedad.
Fuente: Tribuna