Ciudad de México. - Este año se cumplirán diez años desde la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” en Ayotzinapa, Guerrero. En esa línea, la Secretaría de Gobernación (Segob) presentó el Tercer Informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa. A cinco días del final de la administración de Andrés Manuel López Obrador, el informe reveló que, a pesar de los esfuerzos realizados, ninguno de los más de 85 restos genéticos analizados correspondió a los estudiantes desaparecidos.
El informe detalló los avances en la investigación, señalando que la Fiscalía General de la República (FGR) realizó más de 85 pruebas genéticas a restos recolectados en diversas zonas de Guerrero. Sin embargo, ninguno de estos perfiles coincidió con el ADN de los normalistas. En total, se analizaron 132 perfiles genéticos seleccionados de más de mil 500 muestras recolectadas por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Guerrero, pero los resultados no ofrecieron la esperanza que se esperaba para la resolución del caso.
La FGR llevó a cabo los procedimientos necesarios para realizar las pruebas correspondientes, a cargo de los especialistas de la Coordinación General de Servicios Periciales, obteniendo los siguientes resultados. Los 132 perfiles genéticos que se seleccionaron entre los 1,500 analizados no coincidieron con los perfiles de los estudiantes desaparecidos”, se informó en el documento.
El informe también reveló que aún existen restos que no han sido sometidos a análisis genético, lo que mantiene abiertas las esperanzas para las familias de los estudiantes. Según el apartado titulado Procesos de identificación humana, las autoridades responsables encontraron que muchos de los restos recolectados en Guerrero y otros estados no habían sido procesados para obtener su perfil genético.
Este hallazgo impulsó a las autoridades a iniciar una nueva fase de pruebas en los restos óseos previamente ignorados. "Uno de los primeros pasos en este esfuerzo fue revisar exhaustivamente la información existente, lo que reveló que muchos restos óseos aún no habían sido analizados ni se les había extraído su perfil genético para la confronta con las bases de datos de la FGR”, se detalla en el informe.
Lo cierto es que a lo largo de los últimos años, el caso Ayotzinapa ha sido un símbolo de la lucha contra la impunidad en México. Sin embargo, el avance en la identificación de los restos de los estudiantes ha sido lento y, hasta ahora, inconcluso. El informe subraya la complejidad del proceso, que ha requerido el rescate de más de mil 500 indicios, de los cuales solo 132 se consideraron adecuados para el análisis forense en esta fase de la investigación.
El informe presentado llega en un momento crucial para la administración de AMLO, que en el inicio de su gobierno puso como prioridad esclarecer el caso Ayotzinapa. Sin embargo, el hecho de que no se haya logrado una identificación concreta en esta etapa de la investigación generó desilusión tanto entre los familiares de los desaparecidos como en la sociedad mexicana.
A pesar de los avances forenses, la incertidumbre sigue siendo predominante, y muchos restos aún no han sido analizados, lo que deja abierta la posibilidad de nuevos hallazgos. La administración entrante, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, enfrentará la presión de continuar la búsqueda de justicia en un caso que ha marcado una década de lucha por la verdad.
El décimo aniversario de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa llega con más preguntas que respuestas, y el informe presentado deja en claro que, aunque se han realizado esfuerzos significativos, el camino hacia la verdad y la justicia aún está lejos de completarse.
Fuente: Tribuna