Ciudad de México. - Este lunes 6 de enero, Ken Salazar ofreció su última conferencia de prensa como embajador de Estados Unidos en México desde su residencia en Lomas de Chapultepec, donde hizo un balance de su gestión y enfatizó la importancia de la colaboración entre ambas naciones en temas clave como migración, seguridad y el combate al tráfico de fentanilo y armas.
En su mensaje, Salazar afirmó que se va satisfecho con su trabajo, pero consciente de que los desafíos entre México y Estados Unidos son continuos:
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La misión nunca se cumple, el trabajo sigue”, expresó el diplomático.
Además, reconoció que el fentanilo representa un problema crítico que afecta a ambas naciones y confirmó su producción en México, aunque destacó que el debate sobre dónde se fabrica no debe desviar el enfoque de las acciones conjuntas necesarias:
Con todo respeto al gobierno de México, tenemos que trabajar este tema juntos y eso lo hemos hecho”.
Además, subrayó la necesidad de que México aproveche las oportunidades para abordar problemas como el tráfico de armas, la migración y la seguridad de manera integral.
De igual modo, Salazar destacó su respeto y admiración hacia la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el secretario de Seguridad Omar García Harfuch y el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Les deseo todo lo mejor”, señaló, mostrando gratitud por las relaciones construidas durante su tiempo en el país.
Para marcar su despedida, Salazar compartió un momento especial con la prensa, partiendo una rosca de reyes y rifando algunos de sus característicos sombreros. “Me siento con mucho orgullo de haber servido como el embajador de los Estados Unidos en México”, reiteró emocionado.
Con su partida, Salazar dejó como encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en México a Mark Johnson, quien tomará el liderazgo mientras se designa un nuevo embajador.
Ken Salazar deja su cargo con un legado centrado en el fortalecimiento de la relación bilateral, especialmente en áreas sensibles como la seguridad, la migración y el comercio. Su gestión estuvo marcada por un enfoque en el diálogo y la colaboración, reconociendo los retos compartidos entre ambas naciones y la necesidad de abordarlos de manera conjunta.
Aunque su misión en México ha llegado a su fin, Salazar deja abierta la puerta para que los esfuerzos bilaterales continúen en beneficio de ambos países.
Fuente: Tribuna