Birmingham, Inglaterra.- Un exsoldado se quitó la vida después de haber luchado por años contra el trastorno de estrés postraumático que desarrolló a consecuencia de haber servido en la Guerra de Irak, situación que dejó devastados a su familia y a amigos, quienes ahora buscarán que se haga justicia al asegurar que el veterano no recibió la ayuda que requería.
Lance Shingler, quien tenía 34 años de edad, observó a varios de sus compañeros del Ejército siendo sepultados y lidió con las secuelas de la guerra durante más de una década, después de cumplir su servicio y regresar a casa en 2008.
Leanne Poole, una amiga cercana del fallecido exsoldado, rindió un tributo a la memoria de su amigo en nombre de su esposa, Hayle, y de sus hijos Riley, de ocho años de edad, y Elliey, de seis años.
En declaraciones para BirminghamLive, Leanne describió a Lance como una persona "increíblemente amable", alguien que amaba a su familia y siempre estaba dispuesto a dar la mano.
La mujer dijo que la muerte de Lance Shingler ha significado un "enorme impacto" para la familia y amigos del exsoldado, pese a que conocían que sufría trastorno de estrés postraumático. El veterano fue hallado derrumbado en su hogar, en Shard End, Birmingham, el pasado 12 de febrero y fue llevado al hospital, donde lamentablemente murió poco después.
Reportes indican que Lance sirvió en la Guerra de Irak de 2003 a 2008 con el Cuarto Batallón The Rifles. En ese tiempo el exsoldado acudió a los funerales de nueve de sus amigos.
Leanne Poole aseguró que, después de dejar el Ejército, para Lance fue difícil seguir adelante y que no recibió la ayuda que necesitaba y "debió tener de parte de varios grupos y organizaciones".
Se realizará una invesitgación, pero la familia siente que lo abandonaron", expuso Poole.
Leanne también abrió una recaudación en GoFundMe para recaudar fondos para los costos del funeral de Lance.