Newport, Inglaterra.- "Pensé que iba a morir. Esto es todo", fueron los pensamientos que le pasaron por la cabeza a la oficial Kerri Trickey cuando una niña de 14 años jaló el gatillo de una pistola que le tenía apuntando a la sien. En aquel momento, la agente de la Policía no sabía que lo que tenía a la altura de la ceja no era un arma real, sino una BB Gun.
La detonación, empujada con aire, derribó a Trickey. Su cara se salpicó de sangre en cuestión de segundos, pero estaba viva. "El dolor duró por una semana, me tuvieron que hacer curaciones debajo del ojo izquierdo".
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En términos del incidente estaba totalmente en shock. Pese a que la herida ya ha sanado, tenía sangre saliendo de mi ojo", dijo.
Trickey recordó que, tras el ataque, estaba aterrada, confundida y había tanta sangre que no sabía de dónde venía o cómo se veía la herida que le habían provocado con la pistola.
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Estaba aterrada. Eso estaba en mi mente cuando vi que me estaba apuntando con la pistola. Recuerdo haber pensado: 'Esto es todo'. Estaba realmente aterrada", dijo.
La niña detrás de la pistola de postas o BB Gun, modelo Sig Sauer P226, responde al nombre de Liz Miller, y fue sentenciada por tres cargos de posesión de una imitación de arma de fuego con intención de causar miedo o violencia sobre un hombre y dos mujeres.
Fuente: News on the flipside