California, Estados Unidos.- La cadena de comida rápida, Panda Express, enfrenta una demanda en la que acusan a la directiva de realizar un seminario en el que se ordenó que los trabajadores se quitaran la ropa en una especie de "ritual parecido a una secta".
Una joven de 23 años que trabajó de 2016 a 2019 en un local de Panda Express en Santa Clarita denunció que la extraña experiencia con la compañía comenzó con un seminario de superación personal.
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Ella y otros empleados, explicó, accedieron porque pensaron que para ser considerados en cargos superiores dentro de la empresa tenían que completar el seminario que, al principio, no sonaba tan raro.
La joven, cuyo nombre no fue revelado, dijo que pagó por el seminario de cuatro días que estaría a cargo de Alive Seminars. La cita fue en una especie de almacén ubicado en el este de Los Ángeles en julio de 2019.
Entre 20 y 50 colaboradores asistieron a la reunión en la que, cuando llegaron comenzaron a sufrir abusos psicológicos por parte de los seminaristas. Primero, les pidieron a todos sentarse en silencio y esperar. Pasó una hora hasta que llegó un hombre gritando en español y cuestionando por qué no se movían.
Después otro sujeto les gritó que "no eran nada" y "no eran importantes". El lugar estaba oscuro, las ventanas tapadas y no se permitía utilizar o ver teléfonos celulares.
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Aun así, la mayoría de los asistentes, incluyendo a la demandante, sintieron que no tenían otra opción que quedarse en el seminario al que los envió Panda Express porque se les dijo que la oportunidad de una promoción dependería de completar el seminario", dice la demanda.
Después, presionaron a la demandante y a otros colaboradores para que se desnudaran. Mientras esto ocurría, los seminaristas gritaban para que los demás creyeran que era un "ejercicio para construir la confianza".
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La mujer fue obligada a abrazar a otro hombre que se había desnudado. Después apagaron las luces para decirles que imaginaran que una luz sobre ellos les removía la energía negativa y un agujero en el suelo se la tragaba.
Antes de que la reunión terminara, la joven abandonó el lugar y renunció a su trabajo por estrés emocional causado por este supuesto ejercicio físico y mental.
Fuente: Los Ángeles Daily