Nottinghamshire, Inglaterra.- Adrian Rogers era un paciente con cáncer de hígado con una lucha de más de dos años que, a principios de 2020, recibió la noticia de que podría ser operado para librarse del padecimiento. Sin embargo, la pandemia por Covid-19 acabó con sus planes y su vida.
Si bien, Adrian no falleció directamente por coronavirus, su salud se vio comprometida debido a la pandemia, ya que la cirugía que tenía programada se canceló y su oportunidad de salvarse se perdió.
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La historia de Rogers comienza en 2018. Con 44 años, le diagnosticaron cáncer de intestino -que se extendió a su hígado- en etapa cuatro. Primero, se sometió a quimioterapias debido a que el tumor que tenía era inoperable.
Con el paso del tiempo, los resultados fueron para mejor y, en febrero de 2020, recibió la noticia que tanto esperaba: era candidato a operación para extirpar los tumores en su hígado.
Sin embargo, con la llegada del coronavirus, las autoridades decidieron cancelar la cirugía que se estimaba para marzo o abril del año pasado. Mientras la situación se salía de control por el virus, la salud de Rogers iba empeorando.
Un par de meses después los tumores no solo habían aumentado de tamaño, también se habían multiplicado. A esas alturas no había posibilidad de reanudar la operación, aun si de la noche a la mañana acaba la pandemia.
El hombre y su familia abrieron una campaña de donación para recaudar fondos a fin de pagar un tratamiento que volviese los tumores operables, pero era demasiado tarde. El 27 de febrero de este año se comunicó que Rogers había muerto.
Fuente: ABC