California, Estados Unidos.- Ni siquiera durante sus embarazos, Chelsea Becker paró de drogarse. En el tercero, su problema con las adicción trajeron consecuencias fatales: su hijo murió debido a los altos niveles de toxicidad por metanfetaminas.
En noviembre de 2019 fue sentenciada por asesinato y, desde entonces, ha estado tras las rejas. Sin embargo, Beck podría estar a un paso de salir a las calles debido a un 'hueco' legal que dice que los cargos por homicidio no aplican a las mujeres embarazadas.
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El fiscal general, Xavier Becerra, urgió a la corte a retirar los cargos. Sin embargo, el juez de la Corte Superior del condado de Kings, Robert Shane, declinó la petición.
Beck ha estado embarazada en tres ocasiones. En los tres casos abusó de sustancias ilegales y sus hijos tuvieron consecuencias debido a la toxicidad de la metanfetamina.
Los dos primeros niños sobrevivieron, pero ambos dieron positivo a la prueba de droga al nacer. Por esta razón, los fiscales insisten en detener a Beck por el uso de sustancias ilegales con consecuencias fatales.
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En septiembre de 2019, Beck dio a luz a Zachariah Joseph Campos, quien falleció al poco tiempo -según el reporte forense- por los altos niveles de toxicidad.
Mientras que el juez Shane ha mostrado una postura inamovible sobre la liberación de Beck, un grupo de activistas para mujeres embarazadas argumentó que no existe evidencia de que el uso de drogas daña al feto.
Fuente: Metro UK