Kabul, Afganistán.- Este miércoles 20 de abril, tres niños fueron decapitados en su propia casa mientras sus padres se encontraban fuera, según comentó la policía de Kabul a través de un comunicado.
Los menores, de entre cuatro y siete años de edad, habían vuelto de la escuela y se encontraban solos debido a que sus progenitores habían asistido a un funeral. De acuerdo con reportes policiales, el asesino alimentó con jugos y galletas a los infantes antes de cometer el crimen contra ellos.
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Al respecto, Ferdaws Faramarz, portavoz de la policía de Kabul, expresó que aún no hay detenidos ni sospechosos, ya que los padres de los fallecidos han comentado que no tienen enemigos; sin embargo, ni puertas ni ventadas del domicilio fueron forzadas, por lo que especulan que el homicida podría estar entre su familia.
Las tres víctimas, todos ellos hermanos, no pasaban de los 10 años de edad; se trataba de dos niños de 4 y 5 años y una niña de 7 respectivamente. El atentado se dio en la sala de la residencia y ha conmocionado a vecinos y habitantes de la región, quienes se han pronunciado indignados.
Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), califica a Afganistán como "el peor lugar del mundo para nacer". De hecho, los niños afganos deben hacer frente cotidianamente a la miseria y la violencia. Su situación es dramática: mortalidad infantil, malnutrición, matrimonios forzados, abusos sexuales, entre otros.
En relación con el último informe emitido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 2017 fallecieron 40 mil 150 niños a nivel mundial por homicidio. En este sentido, el organismo señaló que mueren más infantes por este delito que por accidentes.
Fuente: The San Diego Union-Tribune