Europa.- La mañana de este miércoles 23 de noviembre, el parlamento Europeo votó una resolución en donde el resultado terminó por calificar a Rusia, país gobernado por Vladimir Putin como un "Estado que utiliza medios terroristas" luego de haber iniciado los ataques bélicos contra Ucrania el pasado 24 de febrero del presente año, resolución que a su vez ha instado a que los 27 países que conforman dicho parlamento reconozcan a la nación como tal.
"Las atrocidades llevados a cabo por la Federación de Rusia contra la población civil ucraniana, la destrucción de infraestructuras civiles y otras violaciones graves de los derechos humanos y del Derecho internacional humanitario constituyen actos de terror", dicta la resolución.
Luego de haberse votado tal resolución, el siguiente paso será la elaboración de un marco jurídico en donde los Estados con tal designación cuenten con medidas restrictivas importantes, algo por lo que el mandatario ucraniano, Volodimir Zelensky, remarcó que "Rusia debe ser aislada a todos los niveles y ser responsabilizada para poner fin a su vieja política de terrorismo en Ucrania y en todo el globo".
Protestas contra Vladimir Putin
Paralelo a la votación del Parlamento Europeo, un grupo de activistas de origen checo se volvió tendencia debido a que pusieron en subasta una escultura del mandatario ruso el cual está completamente desnudo y sentado en un inodoro en color dorado como una muestra de protesta contra las acciones bélicas que ha tomado, algo por lo que el grupo encabezado en hacer tal escultura ha añadido que las ganancias que se obtengan serán destinadas para apoyar al país de Zelensky con en envío de un dron.
Por si fuera poco, la escultura que ha causado polémica, tiene en ambas manos un cetro y un orbe como las que emplea la monarquía; sin embargo, se trata de un cepillo para asear el inodoro en donde está sentado y una lavadora cubierta de sangre. Esta escultura titulada 'Naked killers', recordó la que se hizo en Londres contra el expresidente Donald Trump quien también fue parodiado a través del arte.
"Es un símbolo de la perversidad del régimen ruso, su estética mafiosa y su despotismo totalitario", mencionó el activista Otakar van Gemund.
Fuente: Tribuna