San José, Costa Rica.- Ciudadanos de la ciudad de Limón en Costa Rica, se han sorprendido con la muerte de un menor de ocho años de edad identificado como Julio Otero Fernández quien, mientras jugaba en un río cercano a su casa, se encontró con un cocodrilo, el cual lo atacó hasta descuartizarlo y decaparlo arrancándole la vida de manera inmediata. El siniestro por so fuera poco, fue atestiguado por los padres del menor quienes no pudieron hacer nada.
Medios de comunicación locales resaltaron que los hechos sucedieron el pasado 30 de octubre pero el evento no había sido tan mediático debido a que se pidió respeto para la familia, pues los padres habían manifestado que desafortunadamente el reptil se llevó el cuerpo del menor a la profundidad del río y por ende, tampoco se puso hacer nada para despedir sus restos como la tradición marca.
A pesar de haber pasado más de un mes de los hechos, el pasado sábado 26 de noviembre un grupo de cazadores identificaron al animal al cual le dispararon sin saber que se trataba del mismo que había matado al menor de edad. Los cazadores al conocer la posibilidad de tratarse del mismo cocodrilo, no dudaron en abrirle el estomago y la sorpresa fue que partes del menor de edad continuaban en su interior.
La familia del pequeño Julio narró que aquel día todos acudieron a realizar un paseo en el río debido a que gustaban de hacer pesca; sin embargo, cerca de las 14:00 horas el menor de edad se dirigió a las orillas del río para jugar y fue en ese momento cuando el cocodrilo de dimensiones más grandes que las del menor, se lanzó sobre él hasta acabar con su vida. Las autoridades trataron de buscarlo pero no tuvieron éxito.
"Lo sacudió y le arrancó la cabecita. Luego lo agarró de nuevo y lo arrastró hacia abajo", declaró el padre del menor.
Los padres del menor de edad insistieron en que después del lamentable evento, acudieron al río y notaron que el cocodrilo todavía se mostraba con los restos del menor entre sus fauces y, pese a que intentaron recuperarlo, al final terminaron por resignarse. Al abrir al reptil, se encostaron fragmentos de su cabello, huesos y algunas de sus prendas, mismas que no pudieron ser digeridas y lo que permitió saber que sí se trataba del mismo animal.
"El animal está muerto. Para mí es un gran alivio que lo hayan matado. Desearía que los mataran a todos para que ninguna familia tenga que volver a pasar por un dolor como este", remarcó la madre del menor.
Fuente: Tribuna