Tokio, Japón.- Este viernes 22 de julio, el Gobierno de Japón dio luz verde a que el agua contaminada con tritio, misma que se encuentra en Fukushima, llegue de manera paulatina al mar, lo que podría generar un terrible riesgo para la vida marina ya que en total se arrojarán un millón de toneladas de agua con este químico, dividiendo así a la opinión pública internacional quienes han pedido hacer algo para detener esta acción.
La orden se dio a través del regulador nuclear de Japón y aunque fue avalada por la dependencia mencionada anteriormente, se ha hecho hincapié en que el operador de la planta deberá convencer a las autoridades locales para conseguir verter el líquido al Océano Pacífico, pues esta técnica se ha aplicado en otros puntos del país nipón así como en otras plantas nucleares del extranjero, ya que por el momento, no hay tecnología que permitan eliminar este radionucleido y la única solución que se ha encontrado para deshacerse de él es través de la disolución en el mar.
A modo de explicar el origen del agua que llegaría al mar, se reveló que procede de la lluvia o de otros canales de agua y se usa para enfriar los reactores nucleares; sin embargo, se contaminó al fusionarse con el químico durante el tsunami que azotó a la isla en marzo del 2011 y, al no contar con la tecnología necesaria para eliminarlo, sería mejor diluirlo poco a poco en el océano, por lo que además se enmarcó que el químico que contiene solo es peligroso para los humanos, de ahí que la fauna marina no estaría en riesgo si el proceso se hace de esta manera.
De conseguir la aprobación final, el proceso de eliminación en el mar sería a partir de la primavera del 2023 y para entonces, se informaría cuántos litros se arrojarían en la primera etapa, así como la manera en que las cantidades irán llegando al Pacífico, por lo que de inmediato el Gobierno de China y Corea del Sur han manifestado descontento pues ellos serían los primeros en resultar afectados, postura que también secundó la organización Greenpeace quienes insisten sí habría un daño al ambiente.
Fuente: Tribuna