Río de Janeiro, Brasil. - El gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, ha prometido una respuesta enérgica contra el crimen organizado después de un asalto sin precedentes al sistema de transporte público de la ciudad, que resultó en el incendio de decenas de vehículos en lo que se ha catalogado como "actos terroristas".
En un terrible episodio, los delincuentes incendiaron al menos un total de 35 autobuses y autocares, 4 camiones y un tren el lunes, marcando uno de los mayores ataques criminales en la historia de Río de Janeiro. Este hecho sin precedentes paralizó partes de la ciudad, conocida mundialmente, y provocó el cierre de al menos 45 escuelas, afectando a miles de estudiantes.
Según los informes, estos ataques se llevaron a cabo en represalia por el asesinato de un destacado líder paramilitar conocido como Matheus da Silva Rezende, apodado "el Señor de la Guerra", a manos de las fuerzas especiales de la policía. El gobernador de Río, en una conferencia de prensa de emergencia, declaró que los ataques fueron orquestados por pandillas paramilitares en venganza por la muerte del líder.
El periódico O Globo tituló su cobertura como "Río bajo asedio", mientras que el Ayuntamiento instó a los ciudadanos a evitar las zonas afectadas debido al "alto impacto" de la situación.
Las imágenes compartidas en redes sociales mostraban a pasajeros abandonando precipitadamente los autobuses mientras los delincuentes se preparaban para prenderles fuego, creando columnas de humo negro que se alzaban en el cielo.
Estos ataques abarcaron al menos nueve áreas diferentes en Río, incluyendo Cosmos, Campo Grande, Inhoaíba, Guaratiba, Madureira, Paciência, Santa Cruz, Sepetiba y Recreio dos Bandeirantes, donde vive alrededor de un millón de personas.
Las autoridades gubernamentales y los medios de comunicación atribuyeron estos actos de violencia a las milicias, grupos de estilo mafioso con conexiones políticas que han ganado un gran poder en Río de Janeiro en las últimas dos décadas. Según datos de Fogo Cruzado, estas milicias controlan áreas de la ciudad casi del tamaño de Birmingham, la segunda ciudad más grande del Reino Unido.
El gobernador Castro anunció que 12 delincuentes habían sido arrestados en relación con los ataques y que serían acusados de "actos terroristas". Además, prometió una "dura lucha" contra los criminales "las 24 horas del día, los siete días de la semana". Hizo un llamado a la unidad y advirtió a los grupos del crimen organizado que no se atrevan a desafiar al Estado.
A pesar de las promesas de las autoridades de Río, expertos en seguridad ven estos ataques como una afrenta abierta contra las instituciones y un duro recordatorio del fracaso de los gobiernos anteriores en el control del crimen organizado en la región.
Este episodio de violencia ocurrió poco después del tiroteo que resultó en la muerte de Matheus da Silva Rezende, quien, según se informa, era sobrino de uno de los líderes criminales más notorios de Río, Luis Antonio da Silva Braga, un jefe paramilitar apodado Zinho. El lugar del enfrentamiento fue Três Pontes, una favela conocida por ser un bastión de la milicia. La situación en Río de Janeiro sigue siendo motivo de preocupación y requiere una respuesta efectiva por parte de las autoridades para restablecer la seguridad y el orden en la ciudad.
Fuente: Tribuna