Islandia. - Las tensiones aumentan en el pueblo pesquero islandés de Grindavik, donde la amenaza de una erupción volcánica inminente ha llevado a la evacuación de los 4 mil residentes. El volcán Fagradalsfjall, con una fisura de nueve millas que divide la ciudad por la mitad, ha generado temores mientras las autoridades reportan un aumento en los niveles de dióxido de azufre.
Imágenes aéreas revelan escenas apocalípticas en Grindavik, con grietas enormes en carreteras y edificios desiertos tras la evacuación. La Oficina Meteorológica de Islandia ha ordenado la salida de los residentes después de detectar un incremento en los niveles de SO2, un gas tóxico liberado por el magma, indicando posible actividad volcánica.
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El estado de emergencia se declaró el viernes, seguido por la evacuación de la comunidad pesquera. Aunque algunos residentes regresaron para recoger pertenencias esenciales, nuevas órdenes de evacuación se emitieron tras la detección del aumento de dióxido de azufre.
Las imágenes capturadas por aviones de la Guardia Costera revelan abismos que atraviesan la ciudad, humo saliendo de grietas en la tierra a medida que el magma asciende. Enormes sumideros y desgarros en la tierra causados por actividad sísmica aumentan la preocupación.
El magma, acumulado debajo de la ciudad, ha formado un "corredor" de nueve millas de largo, generando temores de una erupción inminente. Más de 800 terremotos en los últimos días refuerzan la posibilidad de una explosión. Aunque algunos temblores son más débiles, expertos advierten que una menor actividad sísmica podría preceder a una erupción.
La ministra de Justicia de Islandia, Gudrun Hafsteinsdottir, informó sobre los esfuerzos para construir muros de defensa alrededor de una planta de energía geotérmica cercana, esperando protegerla de los flujos de lava. El impacto en la planta, que abastece de agua caliente, fría y electricidad al país, podría afectar el suministro energético a Reikiavik.
Matthew James Roberts de la oficina meteorológica expresó incertidumbre sobre la situación. "Esta intrusión está literalmente flotando, sentada en equilibrio ahora justo debajo de la superficie de la Tierra. Ahora tenemos una tremenda incertidumbre. ¿Habrá una erupción y, de ser así, qué tipo de daños se producirán?"
El jefe del Departamento de Seguridad Pública destaca la dificultad de ingresar a Grindavik debido al ensanchamiento de abismos gigantes. Se advierte a quienes regresen que estén acompañados por personal de emergencia y que evacuen ante sirenas de advertencia.
La población islandesa permanece en vilo, reviviendo el trauma de la erupción de Eyjafjallajokull en 2010. Aunque se espera que Fagradalsfjall no produzca una nube de cenizas tan masiva, la posibilidad de una erupción persistente mantiene a la nación en alerta.
Los islandeses, esencialmente en espera, enfrentan la incertidumbre mientras las autoridades instan a la precaución y vigilan de cerca el desarrollo de la situación. La actividad sísmica constante y la rápida agitación del suelo indican la posibilidad de una erupción volcánica en la zona de Grindavik.
Fuente: Tribuna