Filipinas.- Un potente sismo de magnitud 6.7 estremeció el sur de Filipinas el viernes 17 de noviembre, dejando al menos una persona muerta y 18 heridas. A pesar de la intensidad del temblor, las autoridades descartaron la posibilidad de un tsunami. Impactantes imágenes muestran el caos y el pánico vividos por los ciudadanos durante el sismo, que provocó daños en edificaciones y centros comerciales, como el SM City General Santos Robinsons GenSan.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el epicentro del sismo se ubicó a 26 kilómetros de Burias, en el extremo sur del país asiático. Aunque inicialmente se reportó una magnitud de 7.2, el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología ajustó la cifra a 6.8. Filipinas, ubicada en el Anillo de Fuego del Pacífico, experimenta regularmente terremotos y erupciones volcánicas debido a su posición en este arco de fallas sísmicas.
A pesar de la rápida respuesta de las autoridades, que evacuaron edificios dañados, se difundieron impactantes videos en redes sociales. Las imágenes muestran cómo el Hospital General Santos, afectado por el sismo, fue evacuado con pacientes siendo desalojados entre paredes agrietadas y estructuras colapsadas.
Otro video capturó el caos en un centro comercial, donde personas yacían en el suelo mientras objetos se desplomaban desde las alturas. El terremoto también provocó el balanceo de carteles y antenas en la cima de un edificio de 17 pisos, aunque los empleados fueron evacuados con seguridad, según informes locales.
El director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, Teresito C. Bacolcol, advirtió que el sismo fue "destructivo", anticipando posibles daños significativos. Hasta el momento, se informa que áreas al sur de Filipinas carecen de servicio eléctrico, y el aeropuerto de la ciudad de General Santos sufrió daños menores, incluyendo grietas en las columnas del edificio.
Filipinas ha sido históricamente propensa a eventos sísmicos debido a su ubicación geográfica. El "Anillo de Fuego" del Pacífico, caracterizado por su actividad tectónica, coloca al país en constante riesgo de terremotos y erupciones volcánicas. La preparación y la capacidad de respuesta ante estos eventos son fundamentales para reducir el impacto en la población.
A medida que Filipinas enfrenta las secuelas de este poderoso sismo, la atención se centra en la evaluación de daños, la asistencia a los afectados y la implementación de medidas preventivas para futuros eventos sísmicos. La comunidad internacional sigue de cerca la situación, ofreciendo apoyo y solidaridad a aquellos afectados por este desafortunado suceso.
Fuente: Tribuna