Franja de Gaza.- En una reunión del Comité de Salud de la Knesset el martes, un representante del Ministerio de Salud dijo que Hamás había administrado pastillas tranquilizantes a los rehenes liberados recientemente por Gaza antes de su liberación. La droga tenía como objetivo mantenerlos tranquilos y hacerlos parecer felices después del maltrato, las privaciones y el terror psicológico que vivieron en Gaza durante más de 50 días.
El Dr. Hagar Mizrahi, jefe de la división médica del Ministerio de Salud, incriminó específicamente al clonazepam. Conocido como Clonex en Israel y vendido bajo las marcas Klonopin o Rivotril en otros lugares, este medicamento se usa para prevenir y tratar trastornos de ansiedad, convulsiones, bipolarismo, agitación asociada con psicosis o trastorno obsesivo-compulsivo. El representante del ministerio no dijo si la droga fue detectada a través de análisis de sangre realizados a los ex rehenes en hospitales israelíes, sus testimonios o ambos.
El presidente del Comité de Salud, el diputado Yonatan Mashriki (Shas), pidió al Ministerio de Salud que envíe a las organizaciones sanitarias de todo el mundo un informe oficial que acredite las pruebas de la administración de medicamentos y otros datos médicos tras el regreso de los rehenes.
Ante el comité, Shir Siegel describió los horrores vividos por su madre, Aviva Siegel, durante sus 51 días en cautiverio. Aviva y Keith Segal fueron secuestrados por terroristas en su casa en Kfar Aza el 7 de octubre y Keith, de 64 años, sigue siendo rehén. Calificando la situación de los rehenes como un "Holocausto a tres horas de distancia", Shir Siegel dijo que le costaba escuchar lo que su madre le contaba sobre cómo los terroristas la ataron, la golpearon y la privaron de comida y agua.
Su testimonio hace eco con otros testimonios comunicados por los cuidadores que atienden a los exrehenes en los hospitales israelíes. Inicialmente, las autoridades médicas dijeron a los medios de comunicación que los exrehenes habían regresado en "buena salud física", comentarios sobre los que se retractaron significativamente.
Como parte de un equipo de seis doctoras ayudadas por nutricionistas, psicólogos y trabajadores sociales que atendieron a los 19 niños y siete mujeres llevadas a Schneider, Mozer-Glassberg dijo que los rehenes perdieron entre el 10 y el 15 por ciento de su peso.
Fuente: Tribuna