Staten Island, Estados Unidos.-El pasado domingo, 12 de febrero, una mujer identificada como Veronica Gill, vivió momentos de terror después de que su pequeño, de 11 años, comenzara a comportarse de manera sumamente extraña, al grado en el que le infante terminó llorando por ayuda. En aquel momento, la fémina ignoraba lo que estaba ocurriendo, pero la realidad es que su niño estaba drogado.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de New Springville, en Staten Island, Estados Unidos, cuando la mujer y su hijo fueron a una fiesta para ver el Super Bowl. Luego de la reunión, ambos regresaron a su casa, sin embargo, ella notó que el niño se estaba comportando un poco extraño: "Mi hijo estaba sentado en el sofá conmigo y comenzó a distraerse. Al principio pensé que estaba fingiendo porque abrió mucho los ojos y se rió. Luego volvía a desconectarse por un minuto, luego abría los ojos y se reía".
Sin embargo, las cosas se salieron de control cuando la mujer notó que su hijo comenzó a llorar y a gritar por ayuda, al tiempo en el que el cuerpo del menor comenzaba a temblar descontroladamente: "Empezó a decir: 'Mamá, me siento muy raro'. Estaba escuchando voces. Luego comenzó a temblar... Pensé que tal vez estaba teniendo una convulsión". Como es lo más lógico, Veronica tomó a su hijo y lo llevó al Centro Médico de la Universidad de Richmond.
Luego de una tomografía y una serie de estudios, los médicos le dijeron lo inesperado, resulta ser que el niño, de 11 años, había consumido una gran cantidad de THC, cosa que sorprendió grandemente a la mujer, puesto ignoraba en qué momento había ocurrido aquello. Según algunos informes, el niño ingirió dicha sustancia cuando se encontraba en la fiesta del Super Bowl. Al parecer obtuvo el estupefaciente en un empaque de gomitas de osito.
Como era de esperarse, Veronica se contactó con la anfitriona de la fiesta para informarle lo ocurrido, quien se dedicó a buscar en su casa para encontrar aquellas peligrosas golosinas: "Cuando (mi amiga) volvió a revisar el cajón después de que le contamos lo que pasó, se dio cuenta de que el caramelo tenía THC. Nos llamó llorando histéricamente y nos dijo: 'No tengo idea de cómo diablos entró esto en mi casa'". Si bien, la mujer no procederá legalmente contra su conocida, sí destacó su preocupación ante este tipo de dulces, puesto generalmente son parecidos a los que un niño consumiría.
Fuentes: Tribuna