Londres, Inglaterra.- La polémica entre los miembros de la familia real parece no tener fin, especialmente cuando la ceremonia de coronación del rey Carlos III está cada vez más cerca; sin embargo, los problemas no tiene nada que ver con los duques de Sussex, Meghan Markle y Harry Windsor como ha sucedido en el pasado, sino que ahora involucran al Príncipe Andrés, hermano del actual monarca y quien aseguran ya recibió un aviso de desalojo.
Medios locales afirmaron este miércoles 22 de Ferber que el tercer hijo de Isabel II y el Príncipe Felipe de Edimburgo, deberá abandonar a la brevedad el espacio que ubicada al interior del Castillo de Windsor, lugar que se sabe, es el domicilio oficial de la familia real además del Palacio de Buckingham, el cual es más un inmueble protocolario que familiar.
Cabe destacar que el Príncipe Andrés ya no cuenta con su títulos militares y reales luego de haber sido acusado de abuso sexual contra una menor de edad, víctima que estuvo a punto de llevarlo a juicio; no obstante, al haber llegado a un acuerdo monetario, se evitó este bochornoso proceso pero no por ello el royal regresó a ser un miembro activo. Quedar relegado de la familia parece que no es el único problema pues un informe reciente asegura que el Rey Carlos III busca recortar presupuesto y ello implica que las propiedades de su hermano se vean afectadas.
Fuentes aseguraron que a partir del mes de abril, los ingresos que recibía el Príncipe de York, los cuales ascienden a 300 mil dólares al año se reduzcan, al tiempo que la propiedad identificada como La Royal Lodge, donde actualmente éste habita y que en el pasado perteneció a la Reina Madre, ya no será considerada su residencia habitual, todo basta decir, entra en el plan de recorte de presupuestos del actual rey.
"Él no está siendo expulsado explícitamente, pero se espera que no pueda pagar el mantenimiento", destacó una fuente.
La Reina Madre murió en 2002 y desde 2004, la propiedad antes descrita pasó a ser habitada no solo por el Príncipe Andrés, sino también por su esposa Sarah Ferguson con quien compartió las 31 habitaciones que además tiene el Castillo de Windsor. Se sabe que no heredó a propiedad, sino que firmó un contrato de arrendamiento por 75 años y, al ya no poder costearlo, entonces deberá ser desalojado.
Aunque se ha especulado que la intención de Carlos III es dejar en la ruina a su hermano como una especie de castigo por las acusaciones que recibió, se hizo énfasis en que no quedará sin un techo y mucho menos sin un centavo procedente de la familia real, sino que ahora vivirá de una forma más austera dado que ya no cuenta con títulos reales y busca retomar su carrera al mudarse a Estados Unidos.
Fuente: Tribuna