Baviera, Alemania.- Recientmente, se reportó el caso del homicidio de una menor, de 10 años, a manos de uno de sus compañeros del centro de bienestar infantil y juvenil Wunsiedel. Cabe señalar que el infante en cuestión tenía apenas 11. Hasta el momento, las autoridades no han dado más detalles sobre lo ocurrido, por lo que se desconocen algunos detalles como el móvil del crimen. Medios locales aseguran que la policía aún no interroga al imputado.
Los hechos ocurrieron en días recientes en Baviera, Alemania, después de que el cuerpo de la niña fuera encontrado sin vida en la casa hogar en la que vivía. Las autoridades no ahondaron en detalles, pero aseguran que la forma de su muerte fue demasiado violenta. A raíz de esto, la Policía de Wunsiedel se hizo cargo de la investigación, fue así como descubrieron que la menor habría sido asesinada por uno de sus compañeros.
Como se mencionó al inicio de esta nota, se desconocen las causas que llevaron al menor a quitarle la vida a su compañera, así que la policía optó por enviar al infante a un centro seguro como medida preventiva mientras realizaban las investigaciones necesarias y descifraban si el infante representa a un peligro para la sociedad, esto debido a que el imputado en cuestión apenas tiene 11 años y no cuenta con edad para mantener una responsabilidad penal, lo que significa que es demasiado joven como para ir a prisión.
Cabe señalar que este caso ocurrió apenas tres semanas después de que se registrara la muerte de Luise Frisch, una menor, de 12 año, quien habitaba en la ciudad de Freudenberg, en el estado de Renania del Norte-Westfalía. Según los informes, la infante fue localizada en una pendiente, luego de haber recibido 30 puñaladas. Al igual que en el caso anterior, las agresoras eran infantes de entre 13 y 12 años.
Las atacantes fueron identificadas como Luisa Halberstadt y Anna Marie Hofman, quienes eran las mejores amigas de Louise. Según los primeros informes de las autoridades, ambas niñas habrían atacado a la víctima porque ésta se había burlado del aspecto físico de una de ellas, así que investigaron en Internet, cuál era la edad que debían tener para evitar la prisión y descubrieron que ambas podían evadirla porque eran menores de 13, así que procedieron con su plan.
En Alemania, los niños menores de 13 años no son responsables penalmente y no pueden ser juzgados ni condenados por ningún delito, por ende tampoco pueden ir a la cárcel. Sin embargo, pueden ser sujetos a medidas educativas o de protección por parte de las autoridades de bienestar infantil si se considera que su comportamiento es problemático o peligroso, tal y como ocurrió en ambos casos narrados anteriormente. Estas medidas pueden incluir orientación, supervisión, terapia o colocación en un hogar de temporal.
Fuentes: Tribuna