Grindavik, Islandia.- La furia de la naturaleza se desató en Islandia cuando un volcán en la península de Reykjanes, inactivo por casi 800 años, entró en erupción nuevamente, destruyendo casas en la ciudad de Grindavik. Aunque las autoridades informan que la erupción parece amainar, la situación continúa siendo incierta.
El presidente Gudni Th. Johannesson expresó que el país enfrenta "tremendas fuerzas de la naturaleza". La lava, proveniente de dos fisuras cercanas al pueblo pesquero, consumió viviendas y amenaza uno de los paraísos turísticos más famosos, el spa geotérmico Blue Lagoon.
El escenario de la erupción es la península de Reykjanes, que había despertado en noviembre pasado, llevando a la evacuación de Grindavik. Sin embargo, la actividad volcánica persiste, desatando nuevamente el caos en la ciudad. Aunque se había permitido el regreso de los residentes en diciembre, la nueva erupción ha llevado a una evacuación adicional.
El spa Blue Lagoon, una de las principales atracciones turísticas de Islandia, cerró sus puertas en respuesta a la erupción, comprometiendo la visita de turistas al menos hasta el martes.La Oficina Meteorológica de Islandia advierte que es difícil estimar la duración de esta erupción, destacando que aunque la actividad parece disminuir, es prematuro declarar el fin del peligro.
Las autoridades han trabajado en la construcción de muros defensivos para contener el flujo de lava hacia Grindavik. Aunque se reporta que el flujo ha disminuido, la situación sigue siendo monitoreada de cerca. A pesar de la magnitud del desastre, hasta el momento no se han registrado víctimas mortales en estas erupciones. Sin embargo, un trabajador está desaparecido después de caer en una grieta abierta por el volcán.
Islandia, situada sobre un punto volcánico caliente en el Atlántico Norte, experimenta erupciones cada cuatro o cinco años en promedio. La última erupción significativa fue la del volcán Eyjafjallajokull en 2010, que generó nubes de ceniza y afectó los viajes aéreos transatlánticos.
A pesar de la incertidumbre, no se espera que la actual erupción cause interrupciones significativas en las operaciones del aeropuerto de Keflavík, según Gudjon Helgason, portavoz del operador aeroportuario Isavia.
Fuente: Tribuna