Corea del Norte.- En una escalada preocupante, Kim Jong-un, líder norcoreano, busca inscribir en la Constitución de Corea del Norte a Corea del Sur como el Estado más hostil. En un discurso durante la sesión parlamentaria, Kim instó a considerar a Corea del Sur como el enemigo principal, destacando la falta de posibilidad de reconciliación o reunificación.
El líder norcoreano va más allá, proponiendo que la Constitución refleje la prioridad de invadir y anexar a Corea del Sur en caso de guerra. Este anuncio representa un giro estratégico y diplomático profundo que ha evolucionado desde el fracaso de la cumbre sobre desnuclearización de Hanói en 2019.
Kim acusa a las políticas respaldadas por Washington y Seúl de buscar la destrucción de Corea del Norte, impulsando su país a prepararse para la guerra. Expertos sostienen que este cambio refleja la decisión estratégica de Kim de optar por la guerra, abandonando décadas de esfuerzos para normalizar relaciones con Estados Unidos.
Esta inquietante evolución se presenta en medio de la disolución de organizaciones de intercambio civil con Corea del Sur y gestos irrevocables, como la destrucción de líneas férreas cruciales y monumentos icónicos. Kim destaca la peligrosidad del entorno, calificándolo como la zona más amenazante del mundo.
Analistas destacan la humillación y desconfianza resultantes del desplante de Donald Trump en Hanói como un factor clave en esta decisión de Kim. Mientras Trump descartaba la propuesta norcoreana, Kim fortalecía la cooperación con Rusia y confiaba en el respaldo militar chino.
La estrategia de Corea del Sur y Estados Unidos se basa en el despliegue de armas estratégicas superiores, buscando disuadir a Kim y esperando un eventual retorno a la negociación. Sin embargo, la incertidumbre persiste en la península, donde el arsenal es más extenso, sofisticado y destructivo que durante las amenazas verbales entre Trump y Kim.
Fuente: Tribuna