Malí.- Una tragedia golpea al oeste de Malí, África, donde al menos 73 personas perdieron la vida tras el derrumbe de una mina de oro que, a pesar de haber sido clausurada oficialmente en agosto del año pasado, continuaba operando de manera ilegal por mineros artesanales.
El fatídico suceso tuvo lugar la noche del pasado viernes, pero las autoridades de Malí no revelaron la magnitud del incidente hasta este miércoles 24 de enero. La información preliminar indica que la clausura de la mina se realizó como medida preventiva debido a las intensas lluvias que azotaron la región en aquel entonces.
Según las autoridades, hasta el mes de enero de este año, no se había otorgado la autorización para reanudar las operaciones en la mina. Sin embargo, mineros ilegales desafiaron las regulaciones gubernamentales y continuaron extrayendo oro de manera clandestina, un riesgoso acto que terminó en tragedia.
En cuanto a las víctimas, la mayoría de ellas eran hombres jóvenes, contratados con frecuencia para realizar actividades ilegales en las minas. Este incidente lamentablemente destaca la precaria situación laboral y los riesgos a los que se enfrentan aquellos que participan en estas operaciones no autorizadas.
Los informes señalan que este tipo de desastres son lamentablemente comunes en África, donde los mineros ilegales utilizan métodos peligrosos como explosivos, ácidos y cianuro para extraer el oro, poniendo en riesgo la estabilidad de los túneles y aumentando la probabilidad de deslizamientos de tierra y accidentes graves.
El Ministerio de Minas de Malí expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, cuyas identidades aún no han sido reveladas. El ministro Soussourou Dembele calificó el incidente como una tragedia profunda y exhortó a la población a respetar las medidas de seguridad establecidas en las minas.
Las autoridades hicieron un llamado urgente a los jóvenes para que eviten realizar actividades ilegales, subrayando el riesgo que representan para su salud. El mensaje insta a la población a trabajar solo en las zonas debidamente autorizadas para la extracción de oro, reforzando la importancia de acatar las normativas y medidas de seguridad para evitar futuros incidentes similares.
Fuente: Tribuna