Kenia.- Las autoridades de Kenia han acusado a Paul Nthenge Mackenzie, líder de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, por la muerte de 429 personas que, siguiendo sus instrucciones, realizaron un ayuno fatal con la promesa de encontrarse con Jesús. El líder sectario enfrenta 238 cargos de homicidio voluntario y 94 coacusados, quienes también participaron en el trágico suceso.
El pasado martes, en una corte de Mombasa, Paul escuchó los cargos en su contra durante cuatro horas, en los cuales se detalla su presunta responsabilidad en la masacre de Shakahola en 2023. En esa ocasión, la policía descubrió decenas de fosas comunes en el bosque del condado de Kilifi, y las autopsias revelaron que la mayoría de las víctimas falleció a causa del hambre. Los difuntos, pertenecientes a la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, eran seguidores de Mackenzie.
Las autoridades planean ampliar los cargos contra el líder sectario, incluyendo acusaciones de terrorismo y tortura, específicamente dirigidas a menores de edad. Se espera que estas nuevas acusaciones se presenten el próximo mes de febrero.
Paul Nthenge Mackenzie, detenido desde el 14 de abril, es señalado como el principal responsable de la tragedia que sacudió al país africano. Los fieles de la Iglesia confesaron a la policía que el líder sectario los convencía de realizar ayunos prolongados, prometiendo que así podrían encontrar a Jesús. Sin embargo, las autopsias han revelado detalles perturbadores, como muertes por estrangulación y asfixia, sugiriendo que algunos seguidores eran forzados a continuar con el ayuno en contra de su voluntad.
El arresto de Mackenzie y otros 30 sospechosos se realizó el 14 de abril, poco después de la macabra revelación de las fosas comunes en Shakahola. Desde entonces, el líder sectario ha permanecido bajo custodia mientras las autoridades investigaban el caso. La audiencia del martes pasado marca un paso crucial en el proceso judicial, y se espera que la Fiscalía presente más cargos en su contra en los próximos días.
El hombre, que alguna vez fue líder espiritual para cientos de personas, enfrenta ahora una serie de acusaciones que podrían llevarlo a juicio por delitos atroces. La tragedia de Shakahola ha dejado una marca indeleble en la comunidad y destaca la importancia de abordar la manipulación sectaria y proteger a los más vulnerables de los líderes que buscan aprovecharse de su influencia. La búsqueda de la verdad y la justicia continúa en Kenia mientras se espera el desarrollo de este caso.
Fuente: Tribuna