Israel.- Durante una transmisión televisiva en Israel el miércoles 7 de febrero, el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció que había instruido al ejército para que se preparara para una ofensiva en Rafah, la ciudad más al sur de la Franja de Gaza, con la convicción de que la derrota de Hamás era inminente en cuestión de meses.
En los últimos días, ha habido preocupación por una posible ofensiva en Rafah, ciudad ubicada en la frontera con Egipto y que actualmente alberga a la mayor parte de la población palestina desplazada hacia el sur debido a los enfrentamientos que se han intensificado desde octubre. Según datos de la ONU, más de 1.3 millones de personas desplazadas, lo que representa cinco veces la población original de la ciudad, se encuentran allí viviendo en condiciones desesperadas y muy hacinadas.
"Nuestros heroicos soldados están luchando actualmente en Khan Yunis, el principal bastión de Hamás. Ordenamos a las fuerzas armadas israelíes que prepararan una operación en Rafah y en dos campos [de refugiados], los últimos bastiones de Hamás", declaró el jefe de gobierno. "La victoria está a nuestro alcance. No se mide en años o décadas, es cuestión de meses", aseguró entonces, cuatro meses después del ataque de Hamás en Israel, que desató la guerra.
Mientras el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se encuentra actualmente en Israel para discutir un nuevo acuerdo de tregua entre las dos partes, Benjamín Netanyahu también declaró su negativa a cumplir con las demandas del movimiento islamista palestino. "La presión militar continua es una condición esencial para la liberación de los rehenes. Ceder a las insensatas exigencias de Hamás (...) no sólo no logrará la liberación de los rehenes, sino que conducirá a otra masacre, y a un desastre para el Estado de Israel que ninguno de sus ciudadanos está dispuesto a aceptar", ha dicho él.
Estas declaraciones se producen mientras Estados Unidos, Qatar y Egipto intensifican sus esfuerzos para presionar a los beligerantes a deponer las armas para permitir la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, así como la entrega de ayuda humanitaria más significativa en el asediado territorio palestino. .
En Tel Aviv, Blinken respondió a los comentarios del Primer Ministro israelí, que considera muy duros. "Hay cosas que son claramente inaceptables en la respuesta de Hamás", pero "creemos que esto abre espacio para que se alcance un acuerdo y trabajaremos incansablemente en ello", dijo el secretario de Estado. "Israel tiene la obligación de hacer todo lo posible para garantizar que los civiles estén protegidos y obtengan la asistencia que necesitan en la conducción del conflicto", añadió.
Fuente: Tribuna