Fukushima, Japón.- Autoridades japonesas han alertado sobre una fuga de agua radioactiva en la central nuclear de Fukushima, según reportes de la cadena nacional NHK. La preocupación surgió cuando los trabajadores de la planta descubrieron que líquido contaminado con materiales radioactivos se filtraba desde la pared de un edificio.
La fuga parece originarse en uno de los edificios que alberga equipos de purificación de agua contaminada con materiales radioactivos. Hasta el momento, la Tokyo Electric Power Company (TEPCO), empresa a cargo de la planta, ha declarado que no hay informes de daños colaterales como resultado de este incidente.
Se estima que alrededor de 5.5 toneladas de agua radioactiva ya se han filtrado, inundando el suelo cercano al lugar. Esta situación plantea preocupaciones adicionales, especialmente considerando el historial de la planta y las críticas previas hacia el manejo de residuos radiactivos.
La central nuclear de Fukushima ha sido objeto de atención desde el devastador terremoto y tsunami de 2011, que provocaron un accidente en los reactores de la planta. Desde entonces, la planta ha estado lidiando con el enfriamiento del combustible derretido, lo que genera diariamente agua contaminada.
El año pasado, el gobierno japonés enfrentó críticas por su plan de verter aguas residuales de la planta de Fukushima en el océano, argumentando que el líquido contenía tritio y otros residuos radiactivos considerados seguros para el medio ambiente. Sin embargo, este nuevo incidente subraya las preocupaciones persistentes sobre la seguridad y la gestión adecuada de los desechos radiactivos.
Esta no es la primera vez que se registra una fuga de agua contaminada en la central nuclear de Fukushima. Desde el cierre de la planta en 2011, se han reportado varios incidentes similares, incluidas filtraciones de radiación y agua contaminada. La gestión continua de los desechos radiactivos sigue siendo un desafío para las autoridades y trabajadores de la planta, con consecuencias potencialmente graves para el medio ambiente y la salud pública.
Fuente: Tribuna