Papúa Nueva Guinea.- Un corrimiento de tierra ha dejado una cifra alarmante de posibles víctimas. Según el responsable de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el país, Serhan Aktoprak, más de 600 personas podrían haber perdido la vida en este desastre. Por su parte, los equipos de rescate, se enfrentan a condiciones difíciles, bajo las cuales sólo han logrado recuperar cinco cuerpos hasta el momento.
El corrimiento de tierra se produjo poco después de un fuerte terremoto, lo que agravó aún más la emergencia en la región. La agencia de migraciones de la ONU estima que el número de fallecidos podría llegar hasta los 670. La zona afectada sigue siendo peligrosa debido al riesgo de nuevos deslizamientos de tierra, lo que dificulta las labores evacuación de los más de mil 200 supervivientes.
El desastre ocurrió a las 3:00 de la madrugada, mientras muchos lugareños dormían en sus hogares. En redes sociales circulan videos en los que se escucha el llanto de la gente moviendo ramas de árboles y montones de tierra en busca de cualquier señal de vida. El daño causado por este desastre es incalculable, y la esperanza de encontrar más supervivientes se desvanece a medida que pasa el tiempo. Pese a todo, los rescatistas continúan buscando sin descanso para brindar ayuda.
La esperanza de sacar a gente con vida se ha reducido. La gente lo está asimilando", dijo Aktroprak.
Cabe recordar que en un inicio, los medios de comunicación habían dicho que un aproximado de 300 personas habían perdido la vida, pero en las últimas horas se elevó la cifra de fallecidos. Se calcula que más de un centenar de viviendas han quedado sepultadas bajo los escombros, enterradas a profundidades que oscilan entre los seis y ocho metros. Esta situación ha dejado a cientos de familias sin hogar.
Las condiciones son desoladoras, con todos los accesos por carretera hacia Kaokalam sin paso y solo la posibilidad de llegar mediante vehículos todo terreno o helicóptero. La zona afectada, conocida por su vulnerabilidad ante fenómenos naturales, es propensa a terremotos, lluvias intensas e inundaciones. Los desprendimientos de tierra tampoco son eventos inusuales en este país.
Fuente: Tribuna Sonora