San Diego, Estados Unidos.- La semana pasada, el mundo se detuvo para una familia australiana cuando Jake y Callum, dos amantes del surf, fueron hallados sin vida en un pozo en La Bocana, al sur de Ensenada, en Baja California. Abrumados por el dolor, los padres de las víctimas externaron sus intenciones de devolver los cuerpos de sus hijos a su tierra natal. En una emotiva rueda de prensa transmitida por el canal público australiano ABC, Debra Robinson, la madre destrozada, compartió su desgarrador anhelo de "traer a casa" a sus hijos. Su mayor deseo es que descansen junto a su familia, amigos y las olas del océano que tanto amaban.
Nuestros corazones están rotos y el mundo se ha convertido en un lugar más oscuro para nosotros".
Mientras la familia lucha por encontrar consuelo en medio de esta tragedia, las autoridades mexicanas continúan investigando el crimen. Trabajan estrechamente con las autoridades australianas para asegurar que se haga justicia y que los surfistas puedan regresar a casa para ser despedidos adecuadamente por sus seres queridos. La comunidad local en Baja California también se ha unido en solidaridad con la familia y ha expresado su más sentido pésame por esta inmensa pérdida.
Frente a las olas del mar de San Diego, Estados Unidos, Debra rindió homenaje a sus memorias recordando sus virtudes. Dejando por un momento de lado las lamentables circunstancias en las que terminaron sus vidas. Por lo que pudimos ver a Jake y Callum de un modo más humano e íntimo, más allá de los horribles detalles que leemos en los medios de comunicación.
En su comunidad, Callum era una figura excepcional, conocida cariñosamente como 'El Gran Koala' por su carácter afable y su estatura imponente. No solo destacó en el campo del lacrosse, donde jugaba profesionalmente en la Premier Lacrosse League y representaba con orgullo a Australia en competiciones internacionales, sino que también dejaba su huella como mentor de equipos juveniles, dedicando su tiempo a entrenar a la próxima generación de jugadores. A los 33 años, Callum irradiaba vitalidad y pasión por la vida. Su página de Facebook revela detalles de su vida en Newport Beach, California, donde se estableció después de graduarse con honores en química.
Por otra parte, Jake irradiaba felicidad, bondad y compasión. Siempre fue conocido por su alma amable y su actitud positiva hacia la vida. A Jake le apasionaba el surf, y no era una coincidencia que muchos de los hospitales donde trabajaba estuvieran ubicados cerca de playas famosas por sus olas perfectas para surfear. Su amor por el océano y su deseo innato de ayudar a los demás se fusionaron en una dedicación única: usar su habilidad médica para marcar una diferencia en la vida de las personas.
Fuente: Tribuna Sonora