Ciudad del Vaticano.- A pesar de su delicado estado de salud, el Papa Francisco hizo una nueva y emotiva aparición este Domingo de Resurrección en la Ciudad del Vaticano, donde saludó a miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y emitió un contundente llamado a la paz. Esta sería otra de sus apariciones sorpresa durante la Semana Santa 2025, ya que no hubo una agenda oficial confirmada.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, pasadas las 12:00 del mediodía (tiempo local), el Papa argentino pronunció un breve saludo pascual: "Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!", seguido de la bendición Urbi et Orbi, uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico católico. Previo a la ceremonia, el Papa sostuvo un breve encuentro con el vicepresidente de Estados Unidos (EU), JD Vance, en lo que fue interpretado como un gesto diplomático relevante en medio de tensiones internacionales.
La presencia del pontífice no estaba asegurada, luego de que se ausentara de varios actos de la Semana Santa debido los estragos de la neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado por más de un mes desde febrero 2025. Sin embargo, Francisco apareció en silla de ruedas, sin necesidad de oxígeno asistido, y con el ánimo de compartir con los fieles en una de las fechas más solemnes para la Iglesia católica.
Debido a las dificultades que aún enfrenta para hablar, el Papa delegó la lectura de su mensaje pascual al maestro de ceremonias, monseñor Diego Ravelli. El texto incluyó un firme llamado a cesar los conflictos armados en todo el mundo, con especial atención a la situación en Franja de Gaza, donde Israel mantiene ataques a pesar de las órdenes internacionales; también urgió a la liberación de los rehenes.
"No hay paz posible sin un verdadero desarme! La necesidad que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede convertirse en una carrera general por el rearme", se destacó en la alocución. De igual forma, el mensaje papal en este Domingo de Resurrección denunció el aumento del antisemitismo a nivel mundial y reiteró la necesidad de respeto mutuo entre los pueblos y religiones.
Como es tradición, al finalizar el acto litúrgico, el Papa recorrió la plaza en el papamóvil, saludando a los asistentes y bendiciendo a bebés y niños que le fueron presentados por sus familias.
Fuente: Tribuna
