Petropavlovsk, Rusia.- Un potente terremoto de magnitud 8.7 se registró este martes 29 de julio en la costa este de Rusia, según datos confirmados por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El evento sísmico, con epicentro a 136 kilómetros al este de la ciudad de Petropavlovsk, en la península de Kamchatka, y a una profundidad de 19 kilómetros, motivó la activación de protocolos de alerta de tsunami en múltiples naciones con costas en el océano Pacífico.
Inmediatamente después del sismo, las agencias de monitoreo internacionales comenzaron a emitir avisos preventivos. El Centro de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos extendió una advertencia para Hawái, la costa de Alaska y otras regiones del Pacífico. La misma entidad proyectó que olas de hasta tres metros podrían alcanzar la costa oriental de Rusia y extenderse hasta las costas de Ecuador, en Sudamérica, lo que demuestra el alcance transpacífico del fenómeno.
En respuesta, las autoridades de las zonas potencialmente afectadas implementaron medidas de seguridad. En la región rusa de Kamchatka, el gobernador Vladimir Solodov instó a los residentes a mantenerse alejados de las zonas costeras y seguir las indicaciones oficiales. Se reportaron algunas lesiones leves en la zona, incluso en el aeropuerto regional, según informó la agencia estatal Tass.
Del mismo modo, la Agencia Meteorológica de Japón emitió su propia alerta, advirtiendo a la población no acercarse al litoral hasta que el aviso fuera levantado, ya que los tsunamis pueden manifestarse como una serie de olas sucesivas. A pesar de la distancia, el sismo fue percibido de forma leve en el extremo sureste de la isla de Hokkaido, registrando un nivel dos en la escala sísmica japonesa, sin que se informara de daños materiales. El sismólogo Shinichi Sakai, de la Universidad de Tokio, explicó que un terremoto lejano, si es poco profundo como este, tiene el potencial de generar un tsunami que afecte a Japón.
En el continente americano, el Departamento de Gestión de Emergencias de Honolulu, en Hawái, ordenó la evacuación de zonas costeras específicas ante la previsión de oleaje destructivo. Más al sur, la Agencia de Gestión de Desastres de Nueva Zelanda alertó sobre la posibilidad de "corrientes fuertes e inusuales y marejadas impredecibles", demostrando la cautela generalizada en toda la cuenca del Pacífico mientras los expertos continúan monitoreando la evolución del evento.
Fuente: Tribuna
