OPINION

Guillermo Peña: Hay líderes buenos

Columna de opinión de Bulmaro PachecoCréditos: TRIBUNA
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A punto de cumplir 71 años el próximo junio, Guillermo Peña Enrríquez se presenta como un ejemplo de la movilidad social generada por la expansión de los servicios educativos y de salud en el México del siglo XX. Salir de la nada y de una vida plagada de necesidades y carencias no fue una tarea fácil —por la época— para él y sus padres. Lo reconoce con orgullo quien ya peina de blanco, el cabello y su amplio bigote.

El hijo de Rubén Peña Amado y María Esther Enrríquez Cruz, nacido un 25 de junio de 1951, en Arechuyvo, municipio de Uruachi, un pequeño caserío de la sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua —población cercana a los límites con Sonora—, debió padecer con todo y familia los efectos de una brusca y accidentada migración hacia Sonora en busca de oportunidades de trabajo y solución de problemas vitales.

Bajaron de Chihuahua a Sonora siguiendo los tiempos de la pizca del algodón, tomando la ruta hacia Rosario Tesopaco y Cajeme, yendo a parar primero a la colonia Irrigación (hoy Benito Juárez) y posteriormente al Bacame, cuando apenas Guillermo frisaba los 7 años de edad sobreviviendo a duras penas y como podían, y en casuchas carentes de todo en asentamientos poco poblados.

Tiempos en que apenas estaba en construcción la Presa Adolfo Ruiz Cortines (Mocúzari), y hacia allá se encaminaron buscando un trabajo mejor pagado para el jefe de familia en una calera de Ramón Ruiz, “en hornos de lodo y piedra” y oportunidades de estudio para el hijo mayor. Ahí cursó Guillermo los primeros dos años de primaria, avanzó en la Juventino Solano y la Club de Leones, de Navojoa, la continuó en Huatabampo y la terminó en el turno nocturno de la Othón Almada. Ingresó en 1969 a la secundaria. Al crecer y de oficio albañil, se enroló con un cargo menor en el sindicato de albañiles de Ataulfo Bórquez en Tetajiosa, y después se afilió al Sindicato de la Construcción Similares y Conexos, donde llegó en 1968 a secretario del Trabajo durante la dirigencia de Juan Corral Valencia.

Para 1970 Peña ya había sido electo secretario general del sindicato de albañiles, con 300 agremiados, y debutó poco después con una primera huelga en la construcción (del CBTIS 64) y que le tocó negociar con el entonces delegado del Capfce, el recordado Gustavo F. Aguilar.

Ingresa a la federación municipal de la CTM como subsecretario del Trabajo, cuando el secretario general era Humberto Parra Leyva. Parra provenía del sindicato de cargadores, una organización fundada en Sonora en 1933. Peña tenía 23 años y en su permanente vocación por la lectura —autodidacta puro— ya había repasado a clásicos como Homero, Eurípides, Sófocles y Dante Alighieri, entre otros. Posteriormente se interesó por la obra “El Liberalismo Mexicano”, de Jesús Reyes Heroles, todo un clásico en la materia.

En los tiempos (1973) de la renovación del ayuntamiento de Navojoa el candidato más viable era el Doctor Samuel Ocaña, un médico enviado al municipio por el gobernador Luis Encinas a hacerse cargo del Hospital de Neumología, ante el alto crecimiento de enfermos de tuberculosis en la región del Mayo. Ocaña de Arivechi, hermano de Guillermo, también médico muy cercano a la familia Biébrich de Sahuaripa.

“Ocaña todavía no era el candidato, y un día muy temprano pasa a la CTM a buscarme para decirme que quería incluirme en su planilla como candidato a regidor”,dice con satisfacción Peña.

“Humberto Parra me había dicho días antes, que la regiduría sería para Leobardo López Briseño y para mi la oficina de defensa del trabajo”. A los días, Parra le comunica que sería postulado como octavo regidor y al mismo tiempo síndico suplente— el primer regidor sería Jesús Dow Almada— en la fórmula de Samuel Ocaña como candidato a la Presidencia Municipal. En el gobierno municipal,Peña hizo buenas relaciones y se proyectó políticamente a nivel local.

Con el tiempo se vino el cambio en la CTM municipal y el 12 de septiembre de 1976 fue electo secretario general con 13 organizaciones: “Una CTM en plena transición política y social con líderes muy fuertes que venían del campo, como ‘El Negro’ García, Praxedis Gastélum, Antonio Encinas, Manuel R Bobadilla y Roque Barreras ”, entre otros.

“Con Bobadilla en la dirigencia estatal nos llevamos muy bien”, dice Peña, que al mismo tiempo manejaba con mano izquierda emplazamientos a huelga a empresas como la Pepsi, a través del sindicato de embotelladores que llegó hasta Don Fidel Velásquez, dice.

Su tarea más trascendente fue manejar la creación de sindicatos en las granjas porcícolas, mucho antes de que empresarios como Ángel Bours, Luis Salido, Horacio Valenzuela y Germán Santini, entre otros, se dieran a la tarea de crear empresas como Kowi y Sasa.

Samuel Ocaña había sido propuesto como candidato a gobernador de Sonora en 1979. Se volvió a mover la política local y la diputación por el distrito de Navojoa en 1979 le tocó a Jesús Ayala Sillas, líder taxista de la CTS CROC y como suplente Manuel Ramírez de la CNC.

Los cetemistas encabezados por Antonio Urbina se quejaron ante al candidato Ocaña, alegando que en la región, la CTM tenía una mayor fuerza política que la CROC y que era injusto que le hubiera tocado a la CTS la candidatura otra vez (Valdez Perea en 1973, Reyes Lamas en 1976 y ahora Ayala Sillas) Ocaña ofrece revisar el caso y al poco tiempo Héctor Raúl Hameken, delegado del PRI, le avisa a Peña que será candidato a diputado local, por Huatabampo, llevando en la fórmula como suplente al recordado líder agrario Tomás Baynori López, ex síndico en Huatabampo. Tiempos de alcaldes como Rodolfo Moreno, en Huatabampo; Benjamín Rivera, en Etchojoa; Luis Salido Ibarra, en Navojoa; y Darío Villarreal, en Álamos. Tiempos de la democracia transparente en el PRI.

En 1982 la CTS-CROC vuelve a tener un diputado local ahora por Huatabampo; Rodolfo Audelo Neris. Fue el último que tuvo allá.

Peña sería por un breve tiempo delegado del Transporte en Navojoa y volvería a ser regidor en el ayuntamiento perredista de 1997, síndico en la gestión de Gustavo Mendívil, en el período 2003-2006, diputado local a la LVIII legislatura (2006- 2009), y de nuevo síndico del ayuntamiento de 2012 a 2015 con Alberto Guerrero presidente.

Por varias razones —integridad, arrojo, honradez, sencillez, congruencia— Guillermo Peña ha sido reelecto en el cargo de secretario general ininterrumpidamente por el voto de sus agremiados y ya va para 46 años al frente de la CTM en Navojoa.

Ha interactuado con liderazgos estatales de la CTM como Nicolás Rocha (1977), Manuel R. Bobadilla (1978), Ricardo Valencia (1979), Ramiro Valdés (1981), David Álvarez Angulo (1996), Pancho Bojórquez (1999), y Javier Villarreal 2010-).

El liderato de la CTM en el municipio lo ejerce con 45 organizaciones, 12 mil trabajadores y más de 180 patrones. Con empresas de corte nacional como Kowi, SASA, Celulosa y Corrugados, granjas, músicos, albañiles, y una diversidad de empresa de servicios. Él mismo calcula que por ahora los trabajadores sindicalizados en el municipio representan casi al 15% del total de trabajadores de la región.

Casado desde 1976 con Catalina García Apodaca, de Álamos, vive en la casa de siempre en la colonia Tierra Blanca, una casa sin mayores pretensiones con una vida austera, sin excesos, normal dedicada a la política, la lucha sindical, el deporte y la lectura.

Partidario Peña, de que la democracia deberá empoderar a los trabajadores, se proclamó impulsor de los procesos democráticos—antes de las reformas legales a la Ley federal del Trabajo— en las organizaciones sindicales, donde el secreto de la estabilidad— en su caso—, ha sido el de respetar la libre decisión de los trabajadores (con el voto personal, libre, secreto y directo), “con la gente que más se identifiquen y los que mejor puedan servirle”,consciente de que más temprano que tarde vendrá el relevo, no se aferra al cargo ni se cree indispensable. “Congruencia, dice la que practico con mis compañeros trabajadores en sus sindicatos en la elección de sus dirigencias, así también conmigo cuando los trabajadores decidan que yo me vaya”.Ya casi no hay de esos.

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