COLUMNA

Mando Militar, la última opción 

Columna de Sergio García

Sergio García, columnista de TribunaCréditos: Tribuna
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Escrito en OPINIÓN el

Como se están dando los acontecimientos y en esta temprana experiencia del segundo piso de la 4T, antes del domingo a las 23:59 de la noche tendremos la segunda reforma a la Constitución de México en menos de 15 días; esta vez se trata del paso del mando de la Guardia Nacional a la Sedena y con ello los senadores le dan por su lado a otro de los caprichos al inquilino de Palacio Nacional antes de que se vaya a su merecido exilio. Se está haciendo una costumbre esto de legislar 'fast track' en las madrugadas y al mejor estilo de papá Noel amanecer con un presente bajo el árbol en la mañana, aunque no sea Navidad.

El miércoles de esta semana en Mesa Cancún estuvo de invitada la diputada de la legislatura local para este trienio, la maestra Rosangela Amairany Peña Escalante perteneciente actualmente al PES, y al ser cuestionada de mi parte por las últimas reformas (la del Poder Judicial y la Guardia Nacional) con una mano en la cintura dijo que no hacía falta hablar nada más al respecto, ya dijeron suficiente de estos temas mientras hicieron campaña para las elecciones pasadas y ahora solo hay que darle al pueblo lo que el pueblo pidió: Adelante con el Plan C.

A mí me queda claro, porque lo viví muy de cerca, que las promesas que el partido de Morena hizo en campaña en ningún momento se sometieron a la discusión popular, entre viles emolumentos monetarios, juguitos y lonches solo se hicieron vítores a Claudia Sheinbaum, en el mismo acto se les vendió a través de una propaganda callejera sobre en los templetes electorales lo que hoy ya forma parte de la Carta Magna mexicana, no siento que las voces de jueces y especialistas en seguridad estén plasmadas en los párrafos de estas reformas constituciones; los foros y cabildos abiertos solo fueron justificativos que consiguieron público subvencionado por ayudas que simplemente compraron poder para hacer y deshacer al antojo del gobernante en turno.

La reforma del mando militar a la Guardia Nacional es un hecho y así debe de ser, no porque sea lo mejor sino porque es lo único que se puede hacer y antes de que su espíritu exaltado arroje el ejemplar del periódico por los aires o el celular al excusado, déjeme explicárselo: Este gobierno representado en la figura de Andrés Manuel López Obrador no pudo con la seguridad, lo superó más allá de sus más lascivas predicciones. El avance del crimen organizado y la arremetida corrupción en las policías municipales y estatales sólo dejó esta salida: Sacar el Ejército a las calles para defender a los mexicanos. 

El senador Adán López Augusto señaló en los argumentos a favor de la militarización que las policías locales y municipales no funcionan (ya que los miembros de las diferentes corporaciones conviven con delincuentes y son vulnerables a los embates del crimen), por lo que llamó a otorgarle un voto de confianza a las Fuerzas Armadas y a la estrategia de seguridad esbozada, esta es la viva voz de quién ya probó todo y no le quedan más alternativas.

"Abrazos y no balazos" es la frase que acuñó el tabasqueño en este sexenio, es cierto y estoy de acuerdo, la seguridad se arregla desde el núcleo de la sociedad: La familia, los valores y la educación, pero también creo que militarizar y coartar las garantías individuales con un sinnúmero de amenazas a la libertad de los ciudadanos es grave y preocupa porque estamos en medio dos gigantes con garrotes: El crimen y las Fuerzas Armadas. Es esto o hablar en serio del tema de seguridad.