Ciudad de México.- El director general del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por sus siglas en inglés), Luis Felipe Oliveira mencionó que el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicado en Santa Lucía es una gran oportunidad de crecimiento para el país, por su infraestructura y por las posibilidades que tiene para el futuro.
Luego de que este visitara la obra que está siendo dirigida por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) mencionó que el AIFA posee una estructura que le permitiría reemplazar al actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en un futuro.
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Oliveira, junto a Rafael Echevarne, quien es el dirigente de ACI en América Latina (ACI-LAC) mencionó que además de que su crecimiento es impresionante, el nuevo aeropuerto tiene mucho potencial para avanzar y crear conexiones:
Hemos sido grandes críticos del proceso, pues nunca imaginamos que fueran a entregar lo que están haciendo. Hemos visto los modelos de negocio en América Latina, en donde prometen mucho, pero entregan muy poco. Y aquí, lo que han hecho en dos años es increíble. La construcción es simple, modular, pero tiene flujo y está bien pensado".
Luis Felipe de Oliveira, quien recién cumplirá un año en el puesto que ocupa, luego de gestionar en el pasado la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, ALTA, aseguró que si bien al inició el AIFA estará limitado comercialmente al inició, podrá crecer de manera rápida.
Santa Lucía no tendría muchas posibilidades para llevar a cabo conexiones, pero en el futuro podría reemplazar al AICM y con mucha más calidad. Crearon un aeropuerto que es una especie de espejo y se puede replicar del otro lado, lo que duplicaría la infraestructura y crearía un aeropuerto de conectividad, que es lo que necesita México”, señaló
No obstante, según el experto, el aeropuerto nuevo tendría grandes retos, como la movilidad y la conectividad terrestre. Por su parte, el AICM aún tendría, aproximadamente, otros 20 años de vida en lo que se trasladan todas las operaciones al proyecto de Sedena en Santa Lucía.
Fuente: El Economista