Cajeme, Sonora.- La inflación no cede tras el primer cuatrimestre del año; las expectativas no son positivas, pues se cree que puede alcanzar el 8.5% para finales del tercer trimestre.
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El Gobierno Federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) apostará por un régimen de precios de garantía, un modelo con resultados no tan favorables para las naciones que lo han desarrollado.
La cebolla como síntoma de una economía endeble, que tiene a la inflación como principal amenaza: 113% por ciento aumentó su valor una verdura clave en la cocina de todo los mexicanos.
Esta hortaliza representa perfectamente la presión que tiene el mercado interno por controlar un alza de precios que desborda las carteras y monederos de la población desde hace al menos dos años, aunque agudizándose durante los últimos diez meses.
A finales del primer trimestre de este año, la tasa de inflación interanual (el comparativo de un mes con el mismo del año previo) fue de 7.72%, algo que no se veía desde hace 21 años. Por su parte, la tasa de inflación en 2022 se situó en la misma fecha en 4.75%, el récord de las últimas dos décadas.
De esta forma, el país tiene un año superando con creces la expectativa del Banco de México (Banxico) sobre la inflación, la cual era de un conservador 3%; dado su fallido pronóstico, el organismo ajustará su tasa de referencia (valor de los créditos otorgados por las bancas privadas y públicas) en 8.5%, una cifra histórica nunca antes vista (la más alta fue de 8.25 en 2008).
- LAS PRESIONES
De acuerdo con los expertos, el aumento de precios podría llegar hasta el 8.5% para finales del tercer trimestre, para después caer al cierre del año hasta un 4%, al menos de acuerdo al análisis de Jonathan Heath, subgobernador del Banxico.
Los mismos expertos y los propios miembros del banco central han reconocido que la situación crítica en la economía se debe en buena medida por el encarecimiento de los hidrocarburos y todos los insumos agropecuarios.
El contexto internacional también ha influenciado en la crisis: la invasión de Rusia a Ucrania detonó un problema mayúsculo en el abasto de combustibles, granos, fertilizantes y minerales.
Pero, lo cierto es que el fenómeno ya no sólo tiene orígenes internacionales, sino que se trata también de algo local: “todos los precios están subiendo, por lo que ya no podemos hablar de un tema importado, veamos los precios de los servicios, que si quitamos educación y vivienda, son los que han aumentado, lo cual sólo pasa cuando el fenómeno de la inflación es local”, dijo Heath en una reunión con banqueros.
Otro detalle está en que no sólo los organismos locales o nacionales tienen una visión negativa de la situación, sino también los internacionales. Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI) detallan que la inflación este año podría alcanzar al menos el 7.5% y en 2023 no ser menor a 5.9%, lo que generaría una inflación bianual de 13.5% cuando menos.
- MEDIDAS DESESPERADAS
Ante la precaria situación, el gobierno federal optó primero por minimizarla aludiendo una situación internacional, estacionaria y pasajera, pero luego de que el fenómeno se “regionalizó” con alzas contundentes de precios en productos básicos, no quedó más que asimilar la realidad en el país.
Con la cebolla (113%), aguacate (62.81), limón (46.4), chile serrano (48.4) o la carne de res (17) en aumento constante, aunado al incremento de las gasolinas, mismas que debieron recibir multimillonarios subsidios para mantenerse a un precio más o menos estable, el gobierno decidió cambiar la ruta.
En los últimos días se especuló con que la Secretaría de Hacienda toparía el precio de los productos que integran la canasta básica, lo cual fue descartado, aunque sí se implementará un programa de precios de garantía a dicha canasta.
Esto significa que los productores tendrán fijo el precio para vender a los distribuidores o mayoristas, lo que a su vez las cadenas comerciales tendrán que respeta r y mantener el costo de productos en una misma línea.
Dicho formato se usó en el país en varias ocasiones y no funcionó, pues el abasto de los alimentos y otros elementos básicos fue irregular y descompensado, lo que generó mayor presión inflacionaria en algunas zonas y mercado alternativos en otras.
Fuente: Staff