REFORMA AL PODER JUDICIAL

De Yunes a Pérez Dayán; El nuevo nombre del juego en la política mexicana: La traición

Hoy el oficialismo llena sus barcos con personajes que han dado la espalda a los partidos que los vieron nacer; la lealtad y la ética, es sólo un recuerdo del pasado, la estrategia es venderse al mejor postor

De Yunes a Pérez Dayán; El nuevo nombre del juego en la política mexicana: La traiciónCréditos: Tribuna
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Ciudad Obregón, Sonora.- En la política mexicana hay un nuevo juego: La traición. Inició desde antes que arrancara el periodo legislativo, salpicando a casi todos los partidos, menos, claro, a los del bloque oficialista. Los debates de altura con argumentos sólidos quedaron en el pasado y ahora los plenos se han convertido en una especie de parián donde se discute todo, menos las reformas que están cambiando la Constitución.

Las mujeres y hombres que han decidido cambiar los ideales que alguna vez pregonaron se vendieron al mejor postor, muchos presionados por el aparato del Estado, otros perseguidos por algún expediente incómodo u orden de aprehensión a punto de ser ejecutada, y algunos que vieron que sus partidos van en caída libre, por el pésimo manejo y avaricia de sus dirigentes, prefirieron abandonar el barco antes de hundirse con él. Lo cierto es que, al ceder, fue posible la aprobación de reformas, como la del Poder Judicial, que hoy tienen al país sumergido en una crisis constitucional.

Ha sido en el Senado de la República donde estos cambios de bando han cobrado mayor relevancia, pues en la Cámara de Diputados, con la sobrerrepresentación aplastante, la verdad es que poco importa; los votos los tienen. Pero no solamente la Cámara Alta ha sido el escenario de estos sorprendentes giros. La estrategia de irse con quien ofrece más o presiona más alcanzó a los congresos locales y hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).  

  • Yunes: el voto traidor 

Si bien Miguel Ángel Yunes Márquez y Miguel Ángel Yunes Linares pasarán a la historia como los más grandes traidores, después de Marco Junio Bruto, hay dos personajes que comenzaron la estrategia de irse con quien paga más. Se trata de los senadores electos por el difunto Partido de la Revolución Democrática (PRD), Araceli Saucedo y José Sabino Herrera.

Antes de comenzar la actual legislatura, los perredistas decidieron ignorar las llamadas de sus compañeros de oposición y cuando a veces el silencio dice más que mil palabras, ellos ya habían tomado su decisión. El pasado 28 de agosto lo hicieron oficial, al presentarse junto con la hoy presidenta Claudia Sheinbaum en una rueda de prensa en la que señalaron que, por supuesto, no habían traicionado la confianza de quienes votaron por ellos. 

Sabino Herrera incluso hizo campaña en Tabasco al lado de la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez. Pero fue directo al afirmar: "Las alianzas terminaron el 2 de junio (...) Aquí no hay condición, aquí no hay Judas, no hay traición; aquí hay convicción". Saucedo, por su parte, siempre gozó del cobijo del partido del Sol Azteca en Michoacán; militó ahí desde 2002 y tuvo el respaldo para ser diputada local, federal y regidora del municipio de Salvador Escalante. Pero el poder logró convencerlos, y sumaron votos en el Senado de la República para darle mayoría al oficialismo. 

Para el PRD había terminado antes de comenzar. Con la Reforma al Poder Judicial en puerta, la pregunta era: ¿de qué partido de oposición saldrá el traidor? Todos apostaban por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) bajo el mando de Alejandro ‘Alito’ Moreno, el polémico dirigente tricolor que terminó de matar a su partido pactando su reelección. Moreno ya había cedido en otras ocasiones ante el poder, cuando desde la Cámara de Diputados apoyó la permanencia del Ejército en tareas de seguridad. En esa ocasión, propios y extraños aludieron a que ‘Alito’ se había ‘doblado’ para no perder el fuero ante la investigación por presunto enriquecimiento ilícito que lleva la Fiscalía de Campeche. 

Pero sorprendentemente no fue el PRI. La jornada del 10 y la madrugada del 11 de septiembre se vivió, quizás, uno de los episodios más penosos de la política mexicana. Los Yunes, aquella familia que siempre había sido combatiente ante el Estado y el poder, eran sometidos. Comenzó con Yunes Linares, quien llegó al Senado arropado por los morenistas (esos mismos que tachaban a los Yunes de pedófilos y criminales), para defender a su hijo, ya que este tenía permiso médico. La confrontación fue con Marko Cortés. Horas más tarde, ya recuperado de su padecimiento, como por arte de magia, Yunes Márquez se pronunciaba a favor de la reforma en una acalorada e indecorosa sesión en la Casona de Xicoténcatl.

De las filas del Partido Acción Nacional (PAN) había salido el traidor. El voto 86 con el que la Reforma al Poder Judicial se hizo realidad. Pero el caso del senador de Movimiento Ciudadano (MC), Daniel Barreda Pavón, no queda lejos de considerarse una vileza. El emecista prácticamente desapareció el día de la votación; para muchos fue el comodín que Morena y aliados tenían bajo la manga en caso de que los Yunes no se dejaran doblegar. El legislador se vio implicado en una bastante enredosa detención de su padre, no aclarada hasta hoy, por cierto. Su justificación fue: "Tuve que decidir entre atender un asunto profesional o familiar" y decidió ausentarse de la votación, así nomás.

  • Estocada interna 

Todo rayo de esperanza que quedaba para tumbar, parcialmente, la Reforma al Poder Judicial quedó socavado el pasado 5 de noviembre, cuando el ministro Alberto Pérez Dayán decidió romper el bloque de ocho ministros necesarios para que el proyecto de Juan Luis González Alcántara Carrancá procediera. 

Pérez Dayán se dijo contra la Reforma Judicial, pero aun así votó contra el proyecto. El ministro explicó que no era ajeno a las consecuencias, pero señaló que no puede responder una insensatez con otra insensatez. Tiempo después, se supo que Pérez Dayán habría sido presionado por una investigación por supuesto abuso sexual, que lleva la Fiscalía de la Ciudad de México (CDMX). Claro que el togado lo negó rotundamente. 

  • Todos caen

Y mientras el priismo se jactaba de mantenerse unido como bloque opositor incorruptible, la senadora Cynthia López Castro caminaba para otro lado. El jueves 24 de octubre, cuando se votaba la Reforma de Supremacía Constitucional, la legisladora optó por desaparecer sin explicación. El domingo 27 de ese mismo mes declaró que se le había bajado la presión y recordó que tuvo un posicionamiento en contra. López Castro fue crítica acérrima de la 4T durante años y años, pero al final cayó. El 29 de octubre renunció al PRI por diferencias irreconciliables con ‘Alito’ Moreno, según dijo. 

Era cuestión de tiempo. Tras una reunión con Claudia Sheinbaum, el 11 de noviembre López Castro se unía a las filas del oficialismo, recibida por la líder de Morena, Luisa María Alcalde

  • "Traidor de la democracia"

Mucho antes del voto de Judas de Yunes, existió el fallo del magistrado Felipe de la Mata Pizaña. El proyecto del integrante del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) propuso validar la elección de diputados de representación proporcional y declaró infundados e inoperantes los argumentos de la oposición contra la supermayoría de Morena; es decir, les daba todo el poder en la Cámara de Diputados.

El 31 de octubre, la jueza Karina Ibarra se lo recordó fuerte y claro en la presentación de su libro en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Usted entregó la democracia mexicana con ese fallo y con esa ponencia de la supermayoría que no votamos los mexicanos", le reclamó Ibarra a De la Mata Pizaña. 

"Yo me voy a encargar de que las juventudes que están aquí nunca olviden quiénes fueron los traidores de la patria, nunca olviden y no se crean las mentiras que usted escribe en su libro (...) Usted, señor Felipe Mata será uno de los protagonistas (…) será uno de los personajes principales", sentenció la jueza. 

  • En Sonora también 

La legislatura local también fue salpicada. El 12 de septiembre pasado, Alejandra López Noriega, quien toda su vida legislativa la hizo con el PAN, decidió en plena sesión anunciar su voto a favor de la Reforma al Poder Judicial y su renuncia al panismo. “Sé que se dirán muchas cosas e incluso se hablará de traición y empezarán los linchamientos, pero la verdadera traición es la que han hecho muchos, incluidas las cúpulas de mi partido”, sostuvo la legisladora. Como consecuencia, el partido la expulsó.

Y así, en menos de tres meses, los cambios de bando de personajes clave han definido el rumbo del país. La oposición está muerta y las últimas instancias han sido doblegadas. Quedando claro que el nuevo juego de la política mexicana es la traición. 

Fuente: Tribuna