Ciudad de México.- Este 2025, México vivirá un momento histórico: por primera vez, el Poder Judicial vivirá elecciones populares, las cuales se realizarán el próximo domingo 1 de junio. Este evento no sería posible de no ser por a una serie de reformas impulsadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aquí en TRIBUNA recordamos el camino lleno de polémicas y planes, que cambiaron la forma de elegir a los jueces, magistrados y ministros en el país.
El camino hacia las elecciones del Poder Judicial no fue sencillo. Desde su primer año de gobierno, AMLO mantuvo una relación tensa con el Poder Judicial, al que acusó de actuar con parcialidad, proteger intereses de élites y frenar iniciativas clave de su Administración. Esa tensión culminó en una estrategia dividida en tres fases: el Plan A, el Plan B y el Plan C, lo que llevaron a las Elecciones que se realizarán este domingo.
Plan A: La reforma constitucional que no pasó
El Plan A de López Obrador consistía en una reforma constitucional para modificar de fondo al Instituto Nacional Electoral (INE) y, en paralelo, al Poder Judicial. Presentada en 2022, esta reforma planteaba:
- Reducción del número de consejeros electorales.
- Elección por voto popular de los ministros de la Suprema Corte.
- Creación de un solo organismo electoral nacional.
- Disminución del financiamiento público a partidos.
Sin embargo, para lograr una reforma constitucional, el Ejecutivo necesitaba mayoría calificada en el Congreso, es decir, dos terceras partes de los votos que no tenía. La oposición al Gobierno de la Cuarta Transformación (4T), agrupada en el bloque conocido como 'Va por México', impidió que la iniciativa prosperara.
Plan B: Una reforma electoral vía leyes secundarias
Tras el fracaso del Plan A, el jefe del Ejecutivo Federal optó por una vía alterna: modificar leyes secundarias relacionadas con el sistema electoral sin tocar la Constitución. Esta fue conocida como el Plan B.
Aprobado en fast track a finales de 2022, el Plan B fue duramente criticado por la oposición, especialistas y organizaciones civiles, quienes lo calificaron como una forma de debilitar al INE. La reforma fue impugnada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) (con Norma Piña como ministra presidenta) y esta la invalidó parcialmente en 2023, por violaciones al proceso legislativo.
Este revés provocó una nueva confrontación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial, lo que dio pie al siguiente paso en la estrategia presidencial.
Plan C: El llamado a las urnas
Tras los bloqueos legislativos y judiciales, AMLO cambió de estrategia. En sus conferencias 'Mañaneras' comenzó a referirse al Plan C: un llamado directo al pueblo para que en las elecciones federales de 2024 votara masivamente por Morena y sus aliados, con el objetivo de lograr una mayoría calificada en el Congreso y, desde ahí, concretar las reformas que antes habían sido frenadas.
El resultado fue contundente. En las elecciones del 2 de junio de 2024, Morena y sus partidos aliados obtuvieron mayoría calificada en la Cámara de Diputados; en el Senado, estuvieron cerca, pero se logró con un nuevo aliado. Con eso, en septiembre del 2024, se abrió la puerta a una nueva ola de reformas estructurales.
La reforma al Poder Judicial: Del discurso a realidad
Con el Congreso a favor, en septiembre de 2024, antes de la salida de AMLO, se aprobó la Reforma Constitucional al Poder Judicial. La iniciativa incluyó:
- Reducir el tamaño de la Corte, así como el periodo de sus integrantes.
- Modificar el método de elección de jueces, magistrados y ministros
Si bien la reforma provocó protestas, la Corte tuvo que aprobar la Reforma Constitucional. La primera prueba de esta legislación será este domingo 1 de junio, cuando se realicen las primeras elecciones del Poder Judicial. Aunque no se sabe si AMLO acudirá a votar, se sabe que la actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, respalda el proceso y emitirá un mensaje cuando terminen los comicios.
Fuente: Tribuna
