Jerécuaro, Guanajuato. - El estado vive una nueva jornada de terror tras el ataque armado contra elementos de la policía municipal en Jerécuaro el día de ayer, donde dos agentes, Eric y Carlos, perdieron la vida. En el fuego cruzado, tres civiles resultaron heridos, incluido un menor de edad.
El ataque, que fue grabado por los perpetradores, muestra a sujetos portando armas de grueso calibre disparando contra una patrulla municipal. En el lugar, las autoridades encontraron más de 100 cartuchos percutidos, evidenciando la brutalidad del enfrentamiento. Según los reportes, incluso cuando los policías yacían en el suelo, posiblemente heridos o muertos, uno de los atacantes regresó para rematarlos a sangre fría.
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Lo cierto es que este ataque en Jerécuaro no fue un hecho aislado. Horas antes, en Uriangato, Guanajuato, un comando armado asesinó a cuatro policías estatales y dejó a dos más gravemente heridos en otro enfrentamiento directo.
La violencia en Guanajuato se ha intensificado en los últimos meses. Hace apenas tres meses, en Jerécuaro y Acámbaro, se registraron explosiones de coches bomba. El primero causó daños estructurales en el centro de Jerécuaro, mientras que el segundo hirió a tres oficiales en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública de Acámbaro.
Guanajuato se ha consolidado como el estado más violento del país, con el mayor número de ataques contra policías. Según las autoridades, los grupos delictivos operan con armamento superior al que tienen las fuerzas de seguridad locales, lo que genera una evidente desventaja táctica.
La gobernadora de Guanajuato, Libia García Muñoz Ledo, calificó la situación como una "guerra desigual". En declaraciones recientes, reconoció las limitaciones del equipamiento de las corporaciones locales frente al poder de fuego de los grupos criminales.
Es una guerra que enfrentamos desigual, es decir, fueron atacados con armas largas automáticas, cuando nosotros no tenemos permiso para portar esas armas como corporaciones. Es algo que estamos ya tocando también en el Consejo Nacional de Seguridad”, afirmó.
Hasta 2022, se sabía que al menos cuatro grupos criminales operaban en Guanajuato: el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Santa Rosa de Lima, y un grupo denominado Unión de León. Estas organizaciones disputan el control del territorio, exacerbando la violencia en la región.
La escalada de violencia en Guanajuato pone de manifiesto la urgencia de un fortalecimiento en la estrategia de seguridad. Mientras las autoridades locales enfrentan limitaciones en armamento y recursos, los grupos criminales parecen operar con impunidad y mayor sofisticación.
Este ciclo de violencia no solo pone en riesgo la vida de los elementos de seguridad, sino que también genera un clima de inseguridad para los habitantes de la región. El llamado de la gobernadora para equiparar el armamento y mejorar las condiciones de las fuerzas locales podría ser un primer paso hacia la recuperación de la paz en uno de los estados más golpeados por el crimen organizado en México.
Fuente: Tribuna