Ciudad de México.- Después de permanecer en silencio durante varios años tras las rejas, César Armando Librado Legorreta, conocido como El Coqueto, finalmente confesó la razón detrás de sus atroces crímenes. Sentenciado a 296 años de prisión por violación y asesinato de múltiples mujeres, el asesino en serie rompió el silencio en una entrevista con Saskia Niño de Rivera para el podcast Penitencia.
Librado Legorreta admitió que actualmente no tiene comunicación con su familia y reflexionó sobre su pasado, reconociendo que en su hogar se le inculcaron valores. Sin embargo, justificó sus acciones argumentando que el asesinato se le hacía fácil y que la adrenalina lo impulsaba a cometer homicidios.
Apodado El Coqueto desde joven debido a su facilidad para entablar conversaciones con mujeres, el criminal compartió que su primer crimen ocurrió a los 20 años cuando apuñaló a un hombre que le había robado su estéreo. Afirmó que nunca tuvo un arma en sus manos, pero que el poder que sentía al cometer estos actos era intoxicante.
Según su relato, su cuarta víctima fue una mujer que se negó a bajarse del microbús que él manejaba. Este momento marcó un punto de inflexión en su comportamiento, ya que, según él, comenzó a actuar impulsivamente, sin control sobre sus acciones.
Cuando se le preguntó por qué violaba a las mujeres si tenía una familia y podía tener relaciones sexuales consensuadas, "El Coqueto" reveló una obsesión por un ideal inalcanzable. Sugirió que muchos sueñan con tener una mujer "modelo" y que esta era la única forma en que podía obtenerla, aunque admitió que nunca buscó conquistarlas verdaderamente.
A pesar de enfrentar las consecuencias de sus acciones, el asesino serial aseguró que no se considera machista y que ahora está más abierto al diálogo. Sin embargo, lamentó la falta de apoyo dentro del sistema penitenciario y reconoció que está aprendiendo a sobrevivir día a día en un entorno hostil.
La confesión de El Coqueto arroja luz sobre la complejidad de los motivos detrás de los crímenes violentos y destaca la importancia de abordar las raíces profundas de la violencia de género en la sociedad. Aunque su testimonio puede resultar perturbador, también ofrece una oportunidad para comprender mejor las motivaciones y los comportamientos de quienes cometen actos tan atroces.
Fuente: Tribuna