Ciudad Obregón, Sonora.- El pasado lunes 11 de marzo, Nayella Quintero, quien se desempeñaba como miembro de la Policía Municipal de Cajeme, dentro de la Unidad Municipal de Atención a Víctimas (UMAV), se quitó la vida con un disparo cuando se encontraba al interior de las instalaciones de la comandancia de la Policía Municipal en Ciudad Obregón (estado de Sonora).
Por lo anterior el exteniente Ernesto Valenzuela, quien funge como vocero de los policías que han sido despedidos de la corporación señaló que, de acuerdo a compañeros de la agente, el hecho presuntamente se dio a raíz de un presunto hostigamiento laboral.
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Cuando se lleva a una persona detenida, ya sea al bando por algo administrativo o por un delito, los superiores nos exigen que eles tomemos una foto y se las mandemos, no sabemos con qué fin, pero lo que sí sé es que la compañera se opuso a esa orden por ser algo que va contrario a derecho, …por no cumplir con esta orden fue sujeta a una sanción, le ordenaron una boleta de arresto, la cual cumplió, … es parte de lo que la orilló a tomar la trágica decisión, ya tenía tiempo batallando con eso”, declaró.
El exagente añadió que la mujer policía había reclamado al alcalde Javier Lamarque el pasado 6 de enero, durante el día del policía la falta de un incremento de sueldo a los agentes, lo cual de acuerdo Ernesto Valenzuela derivó en distintos correctivos disciplinarios injustos que afectaron su vida diaria.
La compañera Nayella el día del policía expresó su sentir al alcalde, gritándole que no querían reconocimientos, querremos el aumento de sueldo que nos prometió, lo cual molesto al alcalde e inmediatamente se ordenó darle ‘infierno’, él tiene mucha culpa en esto, ojalá se habrá una carpeta de investigación, es un servidor público y debe rendir cuentas, la compañera alzó la voz y todos debemos de hacer lo mismo, señaló.
Nos quedamos con un mal sabor de boca, con una incertidumbre muy grande, los policías estamos siendo víctimas del acoso del hostigamiento, del abuso de poder que tanto hemos denunciado, quisiera pedir el apoyo a los Derechos Humanos para que investiguen”, declaró.
En respuesta a estas declaraciones, el alcalde Javier Lamarque Cano las calificó de irresponsables, argumentando que dañan no solo la memoria de la agente, sino de su familia, añadiendo que es lamentable que se dé un sesgo político a la desgracia, con la intención “acarrear agua para su molino”.
El mandatario detalló que desde el primer momento que se registró el hecho, la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), se está haciendo cargo de la investigación, por lo cual llamó a no especular y destacando que durante su administración se han impartido cursos para el manejo emocional, a fin de que los elementos puedan manejar cualquier situación a la que se enfrenten.
Cuando hay algún problema de esta naturaleza se turnan a la atención de un profesional de la salud para que sean debidamente tratados, también comentarles que hace ya un rato traemos un proyecto para crear una instancia especial de atención mental o atención psicológica para casos de esta naturaleza que se pudieran presentar que deben ser parte de un protocolo.
Lamarque Cano, en alusión al presunto hostigamiento laboral del que era víctima la agente, señaló que su administración se ha distinguido por impedir, el hostigamiento, el acoso, y el maltrato hacia las mujeres en su ámbito laboral, aclarando que en este caso particular no existe una denuncia formal.
Por supuesto, en este tipo de situaciones, cuando llega en forma de denuncia, se investiga, se revisan, ha habido casos incluso en los que hemos tenido que despedir a algún trabajador no precisamente Seguridad Pública porque hasta ahorita no hemos recibido ninguna denuncia sustentada”, apuntó el munícipe.
Fuente: Tribuna