Santiago de Anaya, Hidalgo. - En una emotiva ceremonia fúnebre, la comunidad de Santiago de Anaya, en Hidalgo, se reunió para dar el último adiós a Adriel, el niño de 11 años que trágicamente perdió la vida debido a las lesiones causadas por una golpiza propinada por dos compañeros de escuela. El pequeño fue sepultado en el panteón municipal en medio de un ambiente de dolor y consternación.
Adriel fue víctima de bullying en la Escuela Primaria Benito Juárez de la comunidad de El Xitzo, y su muerte ha sacudido a toda la región. La omisión por parte del director Rufino Jiménez Reyes y de la profesora Isela Percástegui Moctezuma, quienes no han enfrentado las consecuencias de la agresión sufrida por el menor en la escuela, ha generado indignación entre la comunidad.
La ceremonia de despedida comenzó con una emotiva misa en la iglesia local, seguida de un cortejo fúnebre que acompañó el ataúd blanco de Adriel hasta su lugar de descanso final. Entre lágrimas y muestras de solidaridad, familiares y vecinos expresaron su dolor y su deseo de justicia para el pequeño.
El padre de Adriel, Obed, visiblemente conmovido, clamó por justicia ante la tumba de su hijo y agradeció el apoyo recibido por parte de la comunidad. "Solo quiero que se haga justicia, quiero que esos malditos sean encarcelados por lo que le hicieron a mi hijo", expresó entre sollozos.
La trágica historia de Adriel ha conmovido a todo el país, y las autoridades han sido instadas a tomar medidas enérgicas contra los responsables de su muerte. Mientras tanto, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo ha iniciado una investigación por posibles violaciones en este caso, mientras que la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo ha sido criticada por su respuesta ante el trágico suceso.
La muerte de Adriel no solo es un recordatorio del flagelo del bullying en las escuelas, sino también un llamado urgente a la acción para prevenir futuras tragedias y proteger a los niños vulnerables en nuestro país.
Fuente: Tribuna