Tapachula, Chiapas.- La organización 1800 Migrantes ha lanzado una alarmante denuncia sobre el secuestro de 95 migrantes sudamericanos durante su travesía por la ciudad de Tapachula, Chiapas. Según informes preliminares, el plagio ocurrió el pasado 20 de marzo y afectó a mujeres, niños y hombres que cruzaron la frontera entre Chiapas y Guatemala con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
Tras el secuestro, los familiares de los migrantes han recibido llamadas extorsivas exigiendo cuantiosas sumas de dinero a cambio de la liberación de sus seres queridos. Este incidente refleja el creciente aumento de secuestros en México, especialmente en la ruta migratoria hacia Estados Unidos, donde las redes criminales han intensificado su control sobre el tráfico de personas.
William Murillo, representante de 1800 Migrante, ha identificado a los responsables del secuestro como "narco-coyotes", quienes han sumido en la inseguridad a decenas de miles de personas que buscan una vida mejor en el norte. La mayoría de los migrantes secuestrados son oriundos de la costa de Ecuador, según los testimonios recopilados por la organización.
Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han respondido de manera oficial a estas denuncias, pero se ha reportado un presunto operativo en Puerto Madero, cerca de Tapachula, para rescatar a los migrantes secuestrados. Además, pobladores de Ocozocoautla han informado sobre la presencia de un comando armado que transitó por la zona con camionetas llenas de personas que pedían auxilio.
Este lamentable suceso se suma a otros casos recientes de violencia contra migrantes en la región. El pasado 7 de marzo, se reportó el secuestro y asesinato de tres migrantes ecuatorianos en Tapachula, cuyos cuerpos fueron hallados en el Rancho San Francisco. Además, otro grupo de migrantes fue atacado en el desierto de Sonora, donde perdieron la vida cuatro personas, entre ellas un menor de cuatro años.
Estos incidentes ponen de manifiesto la vulnerabilidad extrema de los migrantes que atraviesan México en su camino hacia Estados Unidos, enfrentándose a peligros que van desde el secuestro hasta el asesinato. Las organizaciones de derechos humanos y las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para garantizar la seguridad y protección de estas personas en situación de vulnerabilidad.
Fuente: Tribuna