Atoyac, Guerrero.- El martes pasado, la comunidad de "Las Trincheras" despidió con tristeza al candidato del Partido del Trabajo (PT) a la Presidencia Municipal de Atoyac, Alfredo González Díaz, quien fue brutalmente asesinado en la carretera. Residentes y allegados se congregaron para rendir homenaje al político, quien además de aspirar a un cargo público, era conocido por su labor como gestor del camino que une las localidades de Ixtla-Cerro Prieto, conectando así a Atoyac con las comunidades de la Sierra.
La tarde del pasado lunes, el cuerpo del joven político arribó a la comunidad procedente de Acapulco, Guerrero, en medio de un ambiente cargado de dolor. En el funeral, Arturo Río tomó la palabra para exigir justicia en nombre del joven político y de todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en la zona. Ríos instó a las autoridades a tomar medidas firmes y a castigar con todo el peso de la ley a los responsables de este crimen atroz, que ha conmocionado a la comunidad.
Ante el temor de posibles represalias o nuevos actos de violencia, los habitantes del lugar han organizado una vigilancia en la entrada del pueblo, con el objetivo de prevenir cualquier intento de perturbación del orden público. Esta medida responde al profundo malestar y preocupación que ha generado el trágico suceso entre los residentes, quienes claman por seguridad y justicia en su comunidad.
La cifra de homicidios se incrementa con el trágico fallecimiento de González Díaz, sumándose a una alarmante tendencia que ha cobrado la vida de 20 políticos y aspirantes a cargos públicos en diversas regiones del país. Estos lamentables sucesos han puesto de manifiesto la persistente amenaza que enfrentan aquellos que buscan participar en la vida política de México.
Alfredo González Díaz era percibido como un individuo común, lleno de sueños y aspiraciones. Originario de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGRO), donde cursó una licenciatura en Economía, González Díaz también desempeñó labores como profesor en diferentes instituciones educativas.
Fuente: Tribuna