Ciudad de México.- La tensión se ha incrementado entre los comerciantes de la Ciudad de México, específicamente en tres alcaldías al sur y oriente, donde presuntos sicarios vinculados a la Familia Michoacana han desatado una ola de intimidación y extorsión. Revelaciones perturbadoras han surgido tras la exposición de amenazas difundidas en redes sociales, poniendo en alerta a la comunidad y dejando en evidencia la vulnerabilidad de ciertos sectores ante la violencia criminal.
El periodista Antonio Nieto fue quien sacó a la luz pública este alarmante suceso, destacando que los supuestos sicarios, bajo el manto de la oscuridad, han ingresado a diversos establecimientos para distribuir volantes ominosos. En estos, se detalla de manera explícita la exigencia de un "cobro de piso" de 3 mil pesos a cambio de lo que ellos llaman "protección".
El modus operandi de esta célula criminal es siniestro. A través de los volantes, los comerciantes son amedrentados con la advertencia de que su negativa a cooperar con la suma estipulada tendrá consecuencias nefastas. Se solicita a los afectados enviar información bancaria por correo electrónico para realizar el depósito, bajo la amenaza de represalias tanto para ellos como para sus clientes en caso de desobediencia.
La gravedad de estas amenazas no puede subestimarse. En el texto del volante, se establece una fecha límite para efectuar el pago, añadiendo un elemento de urgencia y presión psicológica sobre los comerciantes. Además, se hace mención de que aquellos que opten por ignorar estas intimidaciones sufrirán las consecuencias, lo que eleva aún más el temor entre la comunidad empresarial de estas zonas.
Sin embargo, en medio de esta atmósfera de incertidumbre, las autoridades han permanecido en silencio. No ha habido pronunciamientos oficiales respecto a estos eventos, dejando a los comerciantes desprotegidos y sin una guía clara sobre cómo enfrentar esta situación de peligro inminente.
Es importante recordar que, si bien las autoridades no han emitido comunicados formales sobre este particular incidente, en el pasado mes de febrero se reportó la desarticulación de una célula de la Familia Michoacana en el sur de la capital. Este grupo delictivo, según informes, habría estado involucrado en diversas actividades ilícitas, lo que subraya la gravedad y la persistencia del problema en la región.
Ante este panorama, la comunidad empresarial y la ciudadanía en general claman por una respuesta contundente por parte de las autoridades, así como medidas efectivas para garantizar la seguridad y protección de aquellos que se encuentran en la línea de fuego de la violencia criminal. En un momento en que la confianza en las instituciones se tambalea, la urgencia de acciones concretas y transparentes se hace más evidente que nunca.
Fuente: Tribuna