Guatemala, Guatemala. — En una conferencia de prensa realizada hoy 25 de julio, autoridades federales y departamentales de Guatemala expresaron su sorpresa y preocupación por el repentino desplazamiento de familias mexicanas hacia su territorio, producto de la violencia desatada por el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el estado de Chiapas.
La gobernadora del Departamento de Huehuetenango, Elsa Hernández, calificó la situación como “algo inesperado”, destacando que el país ha sido históricamente receptor de migrantes externos, pero ahora enfrenta un fenómeno de desplazamiento de adentro hacia afuera. “Esta es una situación nueva que afrontar. No estábamos preparados para atender a una población desplazada desde el exterior”, comentó Hernández.
Hasta la tarde de este 25 de julio, los datos oficiales indican que en la comunidad de Ampliación Nueva Reforma se encuentran albergadas 217 personas, mientras que en Unión Frontera hay ocho y en Monterrico, 24 más. Las autoridades subrayaron que las cifras están en constante cambio, ya que algunos desplazados solo buscan ayuda temporal y no permanecen en los refugios.
En respuesta a la crisis, el Ejército de Guatemala desplegó un dispositivo de seguridad en la región fronteriza para prevenir la incursión de grupos criminales. Asimismo, el coronel de Infantería, Billy Rogelio Estrada Aguilar, explicó que se están llevando a cabo operaciones defensivas, que incluyen bloqueos y patrullajes motorizados y a pie, con el objetivo de recolectar información y evitar la entrada de estos grupos armados al país.
Pero eso no es todo, pues el mando de la Policía Nacional Civil de Guatemala, Ángel Vargas, indicó que las fuerzas de seguridad han mantenido una vigilancia constante desde principios de 2024 debido al aumento de la violencia en los límites con Chiapas. Vargas aseguró que la presencia policial en la zona fronteriza durará “el tiempo que sea necesario, hasta que se solucione la problemática”.
Desde enero de 2024, la violencia en Chiapas, provocada por enfrentamientos entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG, ha forzado a numerosas familias a abandonar sus comunidades. Los violentos ataques del crimen organizado han causado numerosas muertes tanto entre los miembros de las bandas como entre civiles inocentes.
Las autoridades migratorias guatemaltecas han señalado que el flujo de familias mexicanas podría continuar debido a las persecuciones que están experimentando en Chiapas. Este incremento en la migración plantea nuevos desafíos para Guatemala, que debe adaptar sus recursos y capacidades para gestionar esta crisis humanitaria sin precedentes.
Fuente: Tribuna