Guaymas, Sonora.- En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una problemática latente es la inclusión, ya que a pesar de que hay programas en los terrenos educativo, laboral y de espacios públicos, no hay cultura verdadera y falta de información, ya que los núcleos familiares y sociales limitan a que se tenga mejor calidad de vida.
A principios de año se tuvo un registro casi 3 mil 400 personas inscritas en la Unidad Básica de Rehabilitación (UBR), donde actualmente solo 10 han sido canalizadas a la bolsa de trabajo. En tanto, cerca de 63 alumnos reciben talleres inclusivos en instituciones especializadas públicas.
De esto, que a pesar de la poca canalización a instancias educativas, hay quienes se encargan de que personas con discapacidad entren a una institución para prepararse en algún oficio. Carlos Urías Arreola, encargado del área del Centro de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED) en Guaymas, indicó que una gran parte de las personas con capacidades diferentes desconocen que existen áreas de apoyo para su desarrollo y crecimiento.
“Muchas veces, la cultura que se imparte en sus casas al tener ideas erróneas ocasiona que los jóvenes se estanquen y no vean que existe un mundo de posibilidades para ellos. Existen familias que, en vez de encausarlos a que se preparen y estudien, les truncan el camino, cuando al contrario se trata que ellos sean autosuficientes”, señaló.
Añadió que, dentro del plantel existen áreas adecuadas para su desenvolvimiento, pero esto no es suficiente al no contar con equipos apropiados para apoyar a personas invidentes. Sin embargo, la voluntad puede más que todo, y actualmente una persona con discapacidad visual cursa la preparatoria abierta.
Evelyn Saldamando, directora del Centro de Atención Múltiple 45 (CAM) en Guaymas, y de Capacitación Laboral para Jóvenes con Discapacidad, dijo que se busca que las personas que llegan a la institución desarrollen la mayor cantidad de habilidades para la vida y el trabajo, en la medida que su condición se los permita. “Contamos con talleres didácticos para que los estudiantes puedan integrarse a la vida laboral y así vivir su vida de una manera autónoma, mismos que deben ser reforzados e incentivados por su núcleo familiar”.
Asimismo, Patricia Camarena, vocal del Consejo de Discapacitados en la UBR en Guaymas, relató que al inicio del programa de inclusión laboral en el periodo de enero a marzo, se tuvo un registro de 10 personas, sin embargo con las medidas de restricción por la contingencia de Covid-19, estas se detuvieron y hasta el momento no han sido abiertas.
“Desgraciadamente no hay mucha contratación, DIF se encarga de localizar a personas con discapacidad para su traslado a maquilas, y tras un proceso ahí se decide si se le contrata o no”.
Por otro lado, una de las problemáticas que discapacitados sufren a la hora de salir a la calle, es la inconsciencia de ciudadanos al utilizar espacios especiales. Francisco Romero, oficial primero de Tránsito Municipal, mencionó que aunque se promueve el uso correcto de los espacios designados, la mayoría de los ciudadanos hacen caso omiso a las indicaciones.
“Hemos sorprendido a jóvenes que están a punto de estacionarse, se les hace el llamado, y enseguida se retiran, sin embargo la mayoría de los automovilistas se hacen de la ‘vista gorda’. De esto que en octubre se tuvo un registro de 13 infracciones por el mal uso de los cajones azules asignados para discapacitados.