Navojoa, Sonora.- En la familia González Coronado la docencia no solo es tradición sino también generacional, pues al menos cuatro de sus cinco integrantes decidieron estar al frente de un salon de clases.
Para David González profesor que viaja hasta la comunidad de las Chinacas, municipio de Chinipas, Chihuahua, y su familia, el festejo del Día del Maestro este día, fue diferente, en el encierro, con felicitaciones a la distancia.
Dicen que tomar clases no es lo mismo que impartirlas. Diariamente los profesores salen al paredón del salón de clases a buscar cumplir con su responsabilidad en la formación educativa del país. Pero la emergencia de salud los puso ante un nuevo reto: Sacar adelante el ciclo escolar de forma virtual.
Sonora y el resto de la república presentan una gran dificultad para educar al alumnado, con más de 4 mil 170 escuelas en los niveles de primaria y secundaria, y más de 26 mil 150 maestros que se enfrentan la difícil tarea de impartir clases en la entidad.
Con el festejo del Día de Maestro, miles de docentes se homenajean desde casa, como la familia González Coronado.
La Educación la llevan en las Venas
En esta grupo de docentes, el padre de la familia regresa todos los fines de semana a casa porque la escuela donde él imparte clases está en la sierra. La matriarca de la familia, Teresa Coronado, es jubilada, ya con sus 30 años de servicio. La hija mayor tiene cinco años trabajando en un salón de clases, y la menor de ellas cuenta con cuatro años de experiencia.
David González, el profesor, todos los días recibía en la sierra el poco alumnado en su telesecundaria, en la comunidad de las Chinacas, de Chinipas, Chihuahua, donde el frío pega duro y la comunicación satelital es muy escasa.
Para él es muy difícil dejar a su familia todos los lunes por las madrugadas, pues el reto inicia desde salir de casa, los difíciles accesos a las comunidades rurales, los caminos con los peores obstáculos, que son los grandes barrancos, y sobre todo, el crimen organizado que acecha por esa región.
Aún así, durante varios años ha recorrido ese mismo camino desde Navojoa, para cumplir con esa responsabilidad. Con frío, calor, de día o de noche, don David no ha dejado de estrar frente a sus alumnos, en su salon de clases.
Con Muchos Años Educando Niños
La maestra Teresa, ya con los años que prestó de servicio, ahora descansa disfrutando lo que un día fue su gran pasión, hoy encerrada y disfrutando sus nietos, el pequeño David y la traviesa Noita, pasó el festejo del Día del Maestro encerrada pero conviviendo en familia.
Con gran preocupación se ha despedido muchos días de su esposo, pues recorren un difícil camino junto a otros dos compañeros que emprenden esa travesía, a la sierra, impaciente todos los viernes lo espera para cenar.
Hoy disfrutó una rica comida en familia, la suspensión de clases no dio cabida al festejo en sus escuelas.
La Herencia de la Docencia
Jashcell Aseret, la hija mayor, antes de la pandemia todos los días recorría más de 80 kilómetros para llegar a la escuela donde imparte sus clases.
En un camino en muy mal estado viajaba junto a otra compañera, pero ahora se enfrentan a otro difícil trabajo: Educar por medio de videollamadas.
Es muy importante destacar el gran trabajo de los padres, quienes buscan como pueden lo necesario para que sus hijos continúen con su formación académica a distancia debido a la situación actual”, dice la maestra Jashcell, quien todos los días tiene que planear el trabajo con los padres, para que sus hijos continúen con su educación.
Su lugar de labores estaba en El Paredoncito, municipio de Villa Juárez, en una escuela casi enfrente del mar, donde pareciera que la vida es más sabrosa... Pero no lo es, ya que se trata de una comunidad con mucha escases de empleo donde los pescadores tienen dinero por temporadas, y otros en la cosecha de tomate, chile, y papa, que tampoco es de todo el año. La carencia es muy evidente en este pueblo pesquero.
Jashcell sabe que esta nueva dinámica es un reto, tanto para ella como para los padres de familia, sobre todo para quienes son de las comunidades, donde hay menos recursos, pero hacen todos su mejor esfuerzo.
Es un gran reto para los docentes, para alumnos y padres de familia, trabajar con las dificultades, ya que para que funcione bien cada quien juega un rol fundamental y para los que viven en comunidades, con menos recursos es mucho más difícil, ahora con lo que estamos viviendo”, compartió Jashcell González Coronado.
Surisaday Noa la menor de todos, tiene que conducir hasta Obregón, de lunes a viernes, para llegar a su aula donde todos los días recibe a los niños de primer grado, sus niños.
En la docencia no es posible hablar solo de una buena experiencia, ya que al recordar el tiempo que se vive en el aula, llegan a ti una infinidad de buenos y satisfactorios recuerdos, además el cariño que recibes siendo maestra te llena de felicidad”, aseguró.
Sabe que el plantel esta en una ciudad conflictiva, en una colonia de igual o peor fama, donde ha pasado tres años dando clases, enfrentándose a difíciles situaciones.
Ahí vive la vida de sus alumnos y ahí también sufre cuadros de tristeza por las historias de algunos de ellos, que son a veces de terror.
Su corta historia no solo la representa a ella, sino a muchos de los maestros en este país. Algunos que ya no están por diferentes causas, la peor de todas: La ignorancia de quienes les han arrebatado la vida.
Como esta familia, miles de maestros se festejaron, en una etapa a la que algunos llaman la 'nueva normalidad', donde, la presencia en el aula fue sustituida por la tecnología. Entre ellos, con su familia, en el encierro y las felicitaciones a la distancia. ¡Felicidades a todos los maestros!
Con Información de Ernesto Peimberth