SONORA

Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama: Así se unen médicos y pacientes en Sonora

Médicos y enfermeras se unen para ayudar a mujeres que padecen cáncer de mama no solo a nivel salud; juntas crean un lazo lleno de empatía, resiliencia y sororidad, en Sonora.

Lazos de amor y apoyo: El cáncer de mama une a mujeres y médicas en SonoraCréditos: Román González
Escrito en SONORA el

Ciudad Obregón, Sonora.- Cuando a una mujer se le diagnostica con cáncer de mama uno de sus primeros sentimientos es la soledad. Su enfermedad no sólo le afecta a ella, sino a quienes la rodean: familia, amigos y conocidos. Poco a poco, toma fuerzas para luchar, las cuales también provienen de sus médicos y enfermeras. Así es cómo se han unido en Sonora.

Da clic aquí y descubre más información de Tribuna Sonora en nuestra página de Google News

Las doctoras y enfermeras que atienden a pacientes con cáncer de mamá suelen crear un lazo médico-paciente lleno de empatía, resiliencia y sororidad. Estas mujeres, que sin padecer del mal lo sienten como propio y pelean como si fuera su propia vida la que está en riesgo.

Este cáncer de mama le ha arrebatado la vida a 243 mujeres en Sonora, de acuerdo con las estadísticas de mortalidad de 2020 presentadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), un aumento del 46.4 por ciento en el número de defunciones con respecto a 2010. 

Por eso, este Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama, es importante reconocer la lucha de las pacientes y de las mujeres en el área de salud que fungen como su apoyo incondicional. 

  • Brindar dignidad al paciente

Issa Flores Murrieta, médico gineco-oncóloga, relata para TRIBUNA que desde pequeña tenía la intención de ser médico, pero sin saber que especialidad podría ser de su total interés, en su etapa de estudiante de preparatoria, leyó el libro, Cáncer y Vida, el cual le despertó el interés por la oncología, soñando incluso el poder inventar una cura.  

Con el tiempo entre a estudiar medicina, y en aquel entonces, no sabía que esta se dividía en varias ramas, así que cuando acabe la carrera, estando en el internado, llegue a medicina interna y por la misma inquietud que arrastraba de estar en oncología me ‘colaba’ a apoyar, y es que me llamaba la atención el atender a estos pacientes, y fue ahí donde tuve mi primer duelo, cuando un muchacho de 17 años que falleció por síndrome de lisis tumoral”, detalla.

La especialista comparte que a raíz de vivir esa experiencia lejos de desanimarse, optó por especializarse en ginecología, donde conoció a su tutor un ginecólogo-oncólogo, descubriendo que el llamado que, desde pequeña tenía, por fin la había encontrado.

El tipo de pacientes que atiendo son afines a mi personalidad; yo me llevó bien con ellas y viceversa, trato de informarlas lo mejor que puedo, porque desde que se tiene la enfermedad, la que tiene que saber de esta, es la propia paciente, yo lo sé porque es mi trabajo, pero también lo es, el brindar un trato digno a cada una”, explica.

Con relación a cómo se vive la enfermedad desde el punto de vista del médico, Flores Murrieta, puntualiza que una de las preguntas más difíciles de responder es "¿Doctora, me voy a morir?".

Y una piensa, claro que todos nos vamos a morir, en algún momento, pero no tiene que ser por la enfermedad, realmente el cáncer de mama, con la concientización y los métodos de diagnósticos, se logra detectar a los pacientes en etapas cada vez más tempranas, lo cual favorece que les vaya bien”.

Del mismo modo, la médico, aclara que aún así existen desenlaces tristes, debido a que aún hay gente que deja pasar el tiempo para atenderse, ya sea por temor, vergüenza o por no mortificar a la familia.

Aún en estos diagnósticos, no son tan a corto plazo como uno pudiera pensar, ya es muy raro que llegue una paciente y se le diga que le quedan tantos meses de vida, porque ya contamos con formas de tratar o controlar la enfermedad con una buena calidad de vida, pese a lo avanzado de la enfermedad”.

Issa Flores Murrieta, dice que como sociedad no se cuenta con la educación de tratar a los pacientes como individuos conscientes. “Uno tiene que ser empático, quienes hayan vivido la situación lo sabrán, llega un paciente ‘regañado’ por el médico familiar, por la enfermera, el epidemiólogo y la trabajadora social, que son quienes lo ven antes de llegar a la consulta oncológica, y si uno sabe que está persona viene con un duelo, que no sabe que tiene, imaginando que ya mañana se va a morir, no es sano el tratarlo de forma condescendiente ni emitir juicios de valor”.

Finalmente explica, que pese al buen ambiente que se llega a generar entre paciente y médico, como doctora, se debe saber desapegarse de los pacientes, lo cual es algo difícil, argumentando que una ausencia siempre duele. “Las conoces desde el día uno, hasta que se van, y cada pérdida duele, pero tienes que aprender a canalizar el dolor, porque tenemos una vida fuera del hospital y no es justo llevar este sentimiento a casa”.

  • Empatía y apoyo

Johana Carlos, enfermera especialista en cáncer de mama, comparte a TRIBUNA que contrario a lo que se pudiera pensar de su profesión, es un trabajo muy gratificante, debido a que le ha tocado compartir la alegría de ver a pacientes que luchan y salen victoriosas de la enfermedad.

Una llega a conocer a cada paciente, a encariñarse y sentir empatía, lo cual es una parte importante de nuestro trabajo, ya que desde el momento que el médico da el diagnóstico, este es un ‘golpe’ fuerte para las pacientes, y como enfermera tenemos que mostrar seguridad, y explicarle todo aquello que no ha entendido del diagnóstico y cómo será el proceso que se seguirá”, explica.

Así mismo compartió que, una paciente con cáncer carga una serie de sentimientos, como miedo, coraje, ira, ansiedad. “Sabemos que el acudir por el tratamiento es una lucha que solo ellas saben cuánto les pesa, nosotras solo podemos apoyarlas, y dejar por fuera del consultorio cualquier problema que tengamos, ya mucho soportan como para aguantar el ‘genio’ de una enfermera, tenemos que ser tolerantes, sensibles y no emitir juicios de valor”.

Johana Carlos, agrega que cada caso es diferente, tanto por la conexión que se tenga con la paciente, como por la confianza que se pueda generar.

También depende del tratamiento a seguir, cuando se requiere la una mastectomía, que es el extirpar todo el seno, las pacientes suelen reaccionar de manera muy distinta, y es que es una parte que representa la feminidad”.

Por lo anterior señala que la fase postoperatoria es un momento muy importante en el apoyo emocional que se le ofrece a cada paciente; siendo una labor que se maneja junto con los familiares.

Aún con todo eso, existen casos en donde alguna paciente no logra ganar la batalla, si es doloroso, sobre todo si ya se tenía una familiaridad con la paciente, y mucha gente me ha preguntado que si no me siento mal, y la verdad es que sí, pero tengo una familia que me espera en casa y no puedo llegar con tristezas ajenas a ellos, el tiempo te enseña, no a ser insensible, sino a poder soportar este tipo de situaciones, que de verdad siempre duelen”.

Fuente: Staff