Sonora.- Mientras las calles se pintan de rojo, las masacres son pan de cada día y el país vive convulsionado por la violencia, los grupos políticos debaten sobre fruslerías y, a ojos de los activistas, no confrontan el núcleo de la cuestión del narcotráfico; por ende, los temas de despenalización, legalización o uso de las drogas para fines medicinales simplemente no se abordan con suficiencia.
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Pese a ello, quienes promueven tales asuntos han obtenido victorias contundentes e importantes, que acercan al país a legislaciones más abiertas y modernas. Una de esas personas es Zara Snapp, directora y cofundadora del Instituto RIA, especializado en la investigación sobre política de drogas y exmiembro del Secretariado de la Comisión Global de Políticas de Drogas, quien atiende a TRIBUNA en exclusiva, días después de que se publicara la declaratoria general de inconstitucionalidad en el Diario Oficial de la Federación sobre el uso de cannabis.
"Todo está cambiando y es por demás interesante" – dice Snapp- quien pese al júbilo generalizado por parte de los consumidores y de quienes creen que la despenalización es un camino a la pacificación de México, pone paños fríos a la emoción, pues entiende que aún queda un largo tramo por recorrer.
"La declaratoria no aborda el tema del Código Penal federal, entonces realmente aún no tenemos una despenalización efectiva, porque sigue habiendo sanciones en algunos casos como en la posesión arriba de cinco gramos se puede sancionar hasta con tres años de cárcel. Está claro que hay mucho aún por hacer", asegura.
- ¿Existe por parte de los legisladores el ánimo para la despenalización y, posteriormente, para legislar lo que se requiera para que el marco legal favorezca el uso, producción y distribución de la mariguana?
"Creo que depende del partido. Algunos sí entienden que es muy importante, tanto la despenalización como la regulación, pero la realidad es que ninguno de los proyectos que estaban tanto en el Senado como en la Cámara de Diputado precisaban la despenalización por completo, aunque también tenían aspectos positivos como la regulación del mercado y la creación de licencias para hacer uso comercial. El tema está ahí y hay que seguir el proceso".
De acuerdo con Snapp, un elemento fundamental para que los legisladores y las autoridades se animen a dar el paso tiene qué ver con la creación de la industria relacionada con el cannabis, que podría generar una serie de aspectos positivos de contar con un marco jurídico legal óptimo.
Los beneficios económicos y productivos vienen con la creación de una industria, pero antes se requiere la despenalización para lograr los beneficios sociales y que las autoridades no puedan perseguir a usuarios o a comunidades cultivadoras; ya con la creación de la industria es factible producir, regular, dar licencias y promover actividades alrededor que deriven en una recaudación de impuestos", comparte Snapp.
- Pero, ¿es viable –en el contexto de un país tan corrupto– que el negocio de la mariguana pase de manos del crimen a las manos de empresarios? ¿Cómo debiera ser este proceso?
“Es importante pensar que lo que estamos buscando con una regulación es que haya incentivos para pasar de un mercado ilegal a un mercado legal, y entonces eso se extiende a individuos, grupos, comunidades, grupos que, tal vez, hoy en día están involucrados en el mercado ilegal y que vean mayores oportunidades en un mercado legal, y de esa forma también tal vez dejarían de cometer otros delitos que sí tendrían que ser perseguidos por el estado; hoy en día vivimos en un país donde 100% del mercado de cannabis es ilegal, si podemos cambiar eso para que 70% del mercado sea legal eso cambiaría los flujos de dinero, cambiarían las dinámicas, como las relaciones entre cultivadores, transformadores y vendedores etcétera. Y eso es lo que queremos hacer, además el actor principal que queremos cambiar con una regulación es el estado”
- Los detractores de la despenalización centran sus argumentos en el consumo indiscriminado, pero olvidan el uso alternativo del cannabis, por ejemplo, en temas de salud, ¿qué beneficios traería en esta área la despenalización?
“Creo que los detractores olvidan que hay muchos beneficios del consumo de cannabis, y que la mayoría de las personas que consumen, según las Naciones Unidas 89%, lo hacemos sin generar un uso problemático en nuestras vidas personales, o profesionales. Esto entonces incluye pues que hay un uso terapéutico, que hay un uso y yo diría que el uso adulto, donde además de usarlo lúdicamente puedo hacerlo también si tengo cólicos. Lo que se necesita es tener reglas, las cuales permitan ir hacia un mercado horizontal donde las pequeñas y medianas empresas y las comunidades cultivadoras pueden participar”.
Sobre otro argumento constante de quienes rechazan la despenalización de la mariguana (que sería la puerta al uso de drogas más duras), Snapp lo rechaza categóricamente, pues, afirma, existen rigurosos estudios que han desmitificado la idea, por lo que, a su entender, no es más que una falacia.
“En el sentido de que sea una puerta de entrada es incorrecta, hay muchos estudios académicos sobre esto, se trata de una forma de usar el miedo y el estigma hacía todas las sustancias para poder fomentar un ambiente de discriminación hacia las personas que usan sustancias ilegales, si queremos decir eso podemos decir que más bien son el azúcar, el alcohol, el tabaco, las sustancias de entrada a otras porque la mayoría de las personas jóvenes consumen esas sustancias primero”.
- ¿La despenalización abonará a la pacificación del país?
“A nosotros no nos gusta hablar de ‘pacificación’ porque es algo que se impone, mientras la construcción de paz es algo que se hace en conjunto, y justo con la regulación del cannabis se ayuda; creo que es importante saber que no es la varita mágica que va a cambiar toda la situación del país, pues sería mucho pedir de una sola política, pero sí es algo que puede que nos ha distraído de muchos otros temas y que también pues utilizan muchísimos recursos del Estado. Y ahí es donde estamos intentando cambiar al Estado, entonces eso sería el cambio de paradigma que buscaríamos con una despenalización y una regulación”.
Fuente: César Tovar